El pasado martes, día 26 de abril,
nos reunimos en los locales de Esic, el grupo local. Fue nuestra segunda reunión tras las
vacaciones de Pascua.
Asistimos 14 personas, estuvieron
ausentes 5, por distintos motivos.
Como novedad, María, que estuvo
un año en misión en Ecuador con los
dehonianos y que vive en Albacete, se ha
desplazado a Valencia para reunirse con nosotros. Su intención es caminar con
nosotros.
Le damos la bienvenida.
Tras una oración inicial, comenzamos la
reunión.
1- Se leyó este texto, es bueno recordarlo
siempre:
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2-Después, esta frase del P Dehon:
“No hay que buscar en el Evangelio otra cosa
que el amor de Jesús, desde su encarnación hasta su muerte.
3- Diferentes personas proclamaron estos textos evangélicos:
Juan 13,31-35;
Juan 17,3-5
Juan 14,23-29 ;
Oseas 11, 3-4
4- Y también
estas palabras de Jesús sobre Él mismo,
que hay
que grabarlas en el corazón.
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5- Alguna pincelada de la
reflexión:
Os doy un mandamiento nuevo
Como una madre, sabiendo
que va a morir,
le dice a sus hijos lo que
es de vital importancia para ellos,
porque ella ya lo ha
experimentado,
y sabe que es bueno,
aquí está hoy Jesús,
con estas palabras tan
importantes,
que comparte con sus
hijitos,
sus amigos,
comparte lo que Él está
experimentando,
porque
sabe que vivir amando siempre, pase lo que pase,
es el mayor tesoro que uno puede realizar en la Tierra,
Os doy un mandamiento nuevo:
Que os améis unos a otros
como yo os he amado
Es verdaderamente nuevo,
inédito, original,
Amar como Jesús .
Pero para amar como Jesús
tengo que conocerle,
porque ¿Cómo puedo amar
como Jesús si no le conozco?
El Espíritu Santo, será quien os lo enseñe todo y os vaya
recordando todo lo que os he dicho
Dios nos quiere regalar el Espíritu Santo, “el defensor”
lo llama Jesús (Jn 14,
26) y nos invita a pedirlo, a buscarlo.
El Espíritu sí que cambia nuestra vida, porque nos revela
nuestra identidad de hijos amados de Dios y nos guía a la verdad completa (Jn 16, 13)
Y esta certeza, cuando se tiene, cambia nuestra
existencia, la transforma por completo y la ilumina dándole un sentido
diferente, porque es entonces cuando hemos encontrado el ”tesoro escondido” (Mt 13, 44)
El Espíritu, si lo acogemos, nos inspira, nos acompaña,
nos habla al corazón, nos enseña y recuerda todo lo que Jesús nos ha dicho (Jn 14, 26),
nos llena con su Amor y este amor nos impulsa hacia los demás, a amarlos tal
como El nos ama. Nos lleva, en este mundo, por un camino distinto, hermoso,
único, el mismo que recorrió Jesús y es
el camino del Amor incondicional y nos invita a colaborar con El formando
“lazos de amor humano”, porque Dios nos atrae con gente buena que actúa
inspirada por El.
El
Espíritu, si le dejamos, nos da esperanza, fortaleza, alegría y paz interior y,
aunque las circunstancias “externas” no nos sonrían ya sea por enfermedad, paro
laboral, soledad... seremos, con nuestras vidas, portadores de la Buena Noticia
a los demás.
El Espíritu
ilumina los acontecimientos de nuestra vida – ya sean buenos o malos- en clave
de salvación y nos ayuda a entrar en el Reino de Dios.
“Respondió Jesús: En verdad, en verdad te
digo: el que no nazca de agua y de
Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne es carne;
lo nacido del Espíritu es espíritu” (Jn 3, 5-6)
6-
Puesta en común muy enriquecedora
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