Como todos los años, en la Capilla del Colegio Fray Luis
de León de Madrid, se han realizado todas las celebraciones de la Semana Santa
desde el Domingo de Ramos.
Aquellos del grupo de laicos que hemos podido, allí nos
hemos encontrado y participado en ellas, en unión de los jóvenes que animaban
en el coro, la Comunidad SCJ y todas las
personas que habitualmente acuden a sus Eucaristías y teniendo muy presentes a
quienes por diversas circunstancias, no estaban presencialmente.
Con cuanto implica cada celebración, según el
correspondiente día, se ha dado testimonio de la vivencia de nuestra fe
compartida y produce gran alegría ver la pequeña Capilla con tanta gente que
participaba plenamente, incluso en la mañana del Viernes santo en el Vía
Crucis, así como en la tarde anterior, en un rato tranquilo de
Adoración-Oración ante el Monumento.
Al igual que hace dos años, el grupo pensó en comer el
sábado, todos juntos con la Comunidad y así lo hicimos, resultando un momento
muy agradable para todos los asistentes, porque son siempre momentos de
convivencia feliz y distendida, los que se producen alrededor de una mesa (bien
cercano y vivo lo teníamos de la celebración del jueves: Jesús reunido con sus
amigos). En nuestro caso, terminamos felizmente, realizando cada uno lo que más
le convino para así encontrarnos de nuevo en la tarde/noche en la celebración
de las celebraciones: la Vigilia Pascual.
Con cuanto se nos quedó en nuestro corazón de las
maravillosas lecturas y con una frase muy especial de la homilía: “ser
conscientes de que somos personas excedidas
de amor”, finalizamos estos días de Semana Santa, llenos de esperanza y
todos unidos, porque:
"Cambiaré
las tinieblas en luz" (Is
42, 16)
¡Feliz
Pascua de Resurrección!
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