El pasado martes, día 17 de
octubre, nos reunimos por primera vez tras el verano, en los locales de Esic.
Asistimos 15 personas, con tres ausencias.
Con este texto evangélico como
centro: Lc 10, 21-42, reflexionamos sobre la Palabra,
la desmenuzamos y después tuvimos una riquísima puesta en común.
Y nos acompañó el P Dehon con sus palabras sobre el
evangelio:
“Él ha sido el buen samaritano en su vida mortal extendiendo
por todas partes sus cuidados, sus consolaciones, socorriendo y sanando a todos
los heridos y enfermos al borde del camino; es el corazón del Buen Pastor que
busca la oveja perdida y que nos dice: venid a mí los que estéis afligidos o
sufráis que yo os aliviaré”.
“El Buen Samaritano vierte sobre las heridas del malherido el
vino y el aceite, el aceite de la consolación, que procede de un corazón movido
por la caridad, y el vino de la fuerza que da buenos consejos y arranca las
almas al pecado”.
“Iré a Él, le mostraré
mis heridas, sobre todo las heridas espirituales. Me colocará el aceite que
suaviza y el vino que cicatriza. Él me aliviará, estoy seguro”.
Algunas pequeñas pinceladas sobre
la Palabra:
1: "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra,
Jesús dando
gracias:
-está
amando,
-está
viendo el amor en el Otro,
-está
viendo el amor del Otro.
-me está
mostrando su amor al Padre
-me
está mostrando que se está maravillando de
la manera de proceder de su Padre.
-me
está mostrando la importancia de ser agradecido y de orar con agradecimiento.
Padre, Señor de cielo y tierra,
Yo no
conozco a Dios por mí mismo,
lo dice
Jesús:
nadie conoce al Padre sino el Hijo
pero me
fio de Jesucristo,
confío
en Él,
y
gracias a Él yo puedo conocer
al Dios
de Jesús,
su
Padre,
no otro
dios.
2 - Maestro, ¿Qué tengo
que hacer para heredar la vida eterna?
Él
le dijo: ¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?
Jesús
responde al letrado con dos preguntas.
Estas preguntas
son, también, para mí y para ti.
Estas preguntas, me envían hoy a la Biblia y,
especialmente a los Evangelios.
Y, no sólo
al letrado, me pregunta a mí también,
qué leo en la Biblia, qué leo en
el Evangelio.
Esta
pregunta da por hecho que yo profundizo, aprendo, comprendo, la Palabra de
Dios,
y tú.
Jesús invita
al letrado a reflexionar y a que sea él mismo quien busque la
respuesta.
Y a mí, y a
ti.
3- María,
que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y
Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio;
Marta
le abre la
puerta de su casa, le recibe, lo aposenta.
Es
hospitalaria, amable, amiga.
Y
decide atender a Jesús, a su manera.
Como hacían
todas las mujeres en aquella sociedad:
desde los cacharros de la cocina.
Y nada más.
desde los cacharros de la cocina.
Y nada más.
Pero se
alejaba físicamente de Él, de su persona, de sus palabras,
para
servirle.
María
está cerca físicamente
de Jesús.
Para, se sienta,
le escucha, le va conociendo, aprende de Él y junto a Él.
Acoge a Jesús
en su corazón, con su persona,
y así, puede
prestar total atención a la persona de Jesús,
a sus
palabras,
sus
gestos,
su mirada,
su
sonrisa o su seriedad,
su
movimiento de manos, etc...
Es un encuentro
de dos personas:
María y
Jesús.
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Y hemos hecho esta primera
entrega sobre SER DEHONIANO,
que veremos detenidamente en otra reunión.
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