El pasado día 6 de marzo nos reunimos en los locales de Esic, como viene
siendo habitual, el grupo local. Esta vez asistimos 14 personas.
Estuvimos hablando durante los primeros 15 minutos del I Encuentro fe la Familia
dehoniana, en Guadarrama.
Después se proclamó estos textos del
P Dehon:
“Fui bautizado el 24 de marzo… Eran las primeras
vísperas de la fiesta de la Anunciación. Más tarde me sentí feliz uniendo el
recuerdo de mi bautismo al Ecce venio de Nuestro Señor. Puse una gran confianza
en esta proximidad. El Ecce venio del Corazón de Jesús ha protegido y bendecido
mi entrada en la vida cristiana. No disgustará a nuestro Señor si veo en esta
circunstancia una peculiar atención de su Providencia en vista a mi actual
vocación de Sacerdote del Corazón de
Jesús” (NHV 1/2).
“En estas palabras: “Aquí
estoy”, “he aquí la esclava del Señor”…
se encuentra toda nuestra vocación,
nuestro fin, nuestro deber, nuestras promesas.”
Y, a continuación, escuchamos y reflexionamos el texto evangélico de Juan 2,13-25 en la
que Jesucristo expulsa a los mercaderes del templo y lo unimos al texto de la carta a los Hebreos 10, 5-7,
en la que el P Dehon puso su mirada y corazón, para compartir con
todos uno de los fundamentos de ser dehoniano: Ecce venio: Aquí estoy Señor
para hacer tu voluntad.
Y es que nuestro Dios, a los largo de la historia de salvación, no ha
parado de enviar a sus mensajeros para anunciarnos que El no quiere sacrificios
ni ofrendas, lo que quiere es que cada uno de nosotros sea consciente de algo fundamental: Para
qué estoy aquí en la Tierra, para qué he nacido, para qué se me ha regalado la
vida, para qué.
Y esta es la respuesta de Jesucristo y que bien supo captar el P
Dehon:
Aquí
estoy para hacer tu voluntad.
Pero ojo, hacer la voluntad de Dios no es un marrón, es un tesoro.
Lo dice Jesús:
Mientras
tanto, los discípulos le rogaban:
–Maestro,
come algo.
Pero
él les dijo:
–Yo
tengo una comida que vosotros no conocéis.
Los
discípulos comenzaron a preguntarse uno a otros:
– ¿Será
que le han traído algo de comer?
Pero
Jesús les dijo:
–Mi alimento es hacer la voluntad del que me
envió y llevar a cabo su obra.
Jn 4,31-34
Y para constatarlo lo de de experimentar.
Todos sabemos, -sin necesidad de saber qué procesos bioquímicos se produce con cada
alimento en el cuerpo- que tomar comida
es bueno, fortalece, levanta el ánimo. Y si uno pasa muchas horas sin comer,
aparece el cansancio, nerviosismo, debilidad… ¿Por qué lo sabemos? porque lo
experimentamos. Por eso lo sabemos.
Pues Jesús dijo que hacer la voluntad de Dios, Ecce venio, es un
alimento.
Y ¿cómo lo sabe? porque lo experimenta cada día, en cada momento:
amando, perdonando, confiando, sanando a los enfermos, acercándose a los pobres
abandonados por los poderosos religiosos, comiendo con publicanos y pecadores, etc.
Y como Jesús, cada uno de nosotros estamos invitados por Dios a hacer lo
mismo y experimentar el gran alimento
que es hacer su voluntad.
También el P Dehon lo experimentó.
Después tuvimos una interesante puesta en común.
No hay comentarios:
Publicar un comentario