Atrévete. No temas
lo imposible... responde con fuerza: ¡Aquí estoy!
¿Qué sería de nuestra vida sin un
poco de riesgo? Así lo comprendieron muchos: Abrahán, Moisés, la misma María,
José, Jesús. Y así lo han comprendido los que vinieron después de ellos... ¡tú
también!
Dios nunca pide imposibles. Es
más: Él siempre nos da la fuerza necesaria, a través del Espíritu (los dones
del Espíritu... ¿te suenan?) para poder responder con fuerza a su invitación.
El primer impulso viene de Él: Él nos susurra el deseo de atrevernos a darnos
un salto de confianza, a no temer lo imposible en nuestra vida. Él es el que
también da el último impulso que da origen a nuestra respuesta: ¡Aquí
estoy!
Tu respuesta, además, no es
etérea... es concreta: se da en la vida, en tu contexto. La
"conexión" que vives con Dios no es fuera del mundo... ¡estás aquí,
en tu historia, en tu ciudad o pueblo, en tu comunidad, en tu grupo de amigos!
Y no puedes prescindir de ese contexto para poder responder a Dios.
Por eso te invitamos no sólo a
responder: también a compartir tu vida. Igual que compartes tu ubicación cuando
quedas con los amigos, o compartes tu experiencia en las redes sociales o cómo
te sientes en determinados momentos. ¿Por qué los demás pueden conocer cómo
vives determinados aspectos de tu vida y no este, tu vocación, tu llamada? Es
momento de aterrizar tu vida, sin miedo, y mostrar al mundo que es fundamental
"pillar red", tener la batería de la vida bien cargada, buscar
experiencias que puedan poner tu corazón al 100%. En esto, el papa Francisco
también te ayudará (¿has leído el texto que aparece en la explicación del
lema?).
Con este lema te proponemos profundizar en tu vocación: aquella que Dios está diseñando, moldeando, en tu vida. Pero es fundamental que, tras dejar atrás los miedos, los temores que te paralizan, te dejes en sus manos, como María, y seas capaz de gritar, con ella, que ¡estás aquí! Para Él... para que Él guíe tu día a día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario