Desde la provincia SCJ de Venezuela, tenemos este mensaje:
Queridos hermanos, lamentamos informar que el 12 de noviembre a las 11 de la noche a sus 94 años, parte a la Casa del Padre nuestro querido P. José Luis Segura.
El P. José Luis Segura Lacruz nace el 07 de mayo de 1927, en Novelda (Alicante), hijo de Francisco Segura y de María Lacruz. Tenía dos hermanas, Rosario y María y un hermano, Francisco, ya todos fallecidos.
Su noviciado lo realizó en Vera de Bidasoa (Navarra) en el año 1946 teniendo la primera profesión el 01 de enero de 1948 en la misma ciudad. La profesión perpetua tuvo lugar en Salamanca el día 01 de enero de 1951. En la misma ciudad recibió el diaconado el día 06 de julio de 1952 y el presbiterado el día 28 de septiembre de 1952.
Sus estudios de teología los realizó en Salamanca e igualmente en la misma universidad civil de Salamanca obtuvo la licenciatura en Ciencias Químicas.
En España pasó por diversas comunidades: Salamanca (1953-1957), Puente la Reina (1958-1961), Madrid II (1962-1965), Puente la Reina (1965-1967), Novelda (1968-1972) y Madrid I (1973-1975). Fue Superior Provincial del año 1962 al 1965 y consejero provincial desde 1965 a 1968. Ejerció también la docencia en distintos colegios.
En 1976 llegó a Venezuela teniendo el primer destino en Mariara (1976-1980), Seguidamente pasó por las comunidades de la Parroquia San Miguel Arcángel- Caracas I (1981-1984), Seminario P. Dehon-Caracas II (1985), San Carlos (1986-1987), Valencia (1988-1991), Caracas I (1992-2007), Valencia (2008-2011), San Carlos (2012-2018) y Mariara(2019-202) comunidad en la que ha fallecido. Fue Superior Regional del 1983 al 1986. Se dedicó en las comunidades por las que pasó sobre todo a la actividad pastoral parroquial dedicándose con esmero a la pastoral de los enfermos.
Para mí lo bueno es estar junto a Dios (Sal 72, 28). Es la primera cita que escribe el P. José Luis en su escrito llamado Luces en el camino que me enviaba hace ya más de un año. En este escrito que en sus palabras dice ser “cosas de viejos”, expresa: “cuando se camina cargado de años en esa etapa, que unos llaman poéticamente el atardecer de la vida”, otros, en el mundo del deporte y de los amantes de la velocidad,la recta final, los creyentes decimos que se aproxima la llamada para entrar en la casa del Padre.
Continúa diciendo: Esta etapa más serena y reflexiva, me ha permitido descubrir y saborear textos de la Santa Biblia, del Oficio divino, enseñanzas de Santos o personas muy cercanas a Dios, que antes leía y recorría rápida y superficialmente. Fui anotando en un cuaderno los textos que más me han ido conmoviendo para repasarlos pausadamente. Han sido y son para mí luces en el camino de mi vida este escrito lo envía especialmente a todos los religiosos que caminan por la tercera edad expresando: “Todos habéis convivido conmigo en España o en Venezuela y es normal que os recuerde más”. ¿Por qué os lo envío? Pues porque, como dice San Juan Crisóstomo en una de sus homilías:Comunicarse mutuamente las cosas espirituales es señal de amor fraterno, de entrañable parentesco y de sincero afecto.
Otros libros que nos deja el P. José Luis son: la Bondad sale al encuentro, Regalando flores, Gente importante, Esplendor en el ocaso, Visitando enfermos y en Clave de humor. Los cinco primeros tratan de sus experiencias pastorales con enfermos, ancianos y otras personas maravillosas que visitaba en las parroquias por las que ha estado; gente pobre y humilde que para él han sido un regalo, gente importante a las que en su mirada capta la bondad de Dios en ellos. Nos ayudan a descubrir la belleza del apostolado de las visitas familiares entre gente pobre y humilde. Todos sus escritos llevan la huella de la sencillez de José Luis, la mirada de fe de una persona profunda en oración, haciendo ver a las personas como un don de Dios.
Pedimos al Señor por su eterno descanso y agradecemos profundamente su entrega generosa como misionero en nuestro país.
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