Hola a todos. Juntos con el Resucitado.
Si Cristo resucitó, Cristo vive ahora y siempre.
Si Cristo resucitó, me enseña que la muerte física
es sólo un episodio,
es la puerta a otra estancia.
Si Cristo resucitó, se abre ante la humanidad, y
ante mí, y ante ti,
el Misterio de Dios, Jesucristo, en toda su
grandeza.
¡Es una Buenísima Noticia!
Yo me fio de los testigos que me han anunciado que
Cristo resucitó.
Me fio de los primeros discípulos,
testigos presenciales de su vida terrenal.
Y me fio de todos los discípulos posteriores en el
tiempo,
entre ellos mis padres,
testigos de la presencia del Resucitado en sus
vidas.
La Buena Noticia según san Juan
20,19-31
Al anochecer de aquel día,
el primero de la semana,
estaban los discípulos en
una casa,
con las puertas cerradas
por miedo a los judíos.
Y en esto entró Jesús, se
puso en medio y les dijo:
- Paz a vosotros.
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado.
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado.
Y los discípulos se
llenaron de alegría al ver al Señor.
Jesús repitió:
- Paz a vosotros.
- Paz a vosotros.
Como el Padre me ha
enviado,
así también os envío yo.
Y, dicho esto, exhaló su
aliento sobre ellos y les dijo:
- Recibid el Espíritu Santo;
- Recibid el Espíritu Santo;
a quienes les perdonéis
los pecados,
les quedan perdonados;
a quienes se los
retengáis,
les quedan retenidos.
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo,
no estaba con ellos cuando
vino Jesús.
Y los otros discípulos le
decían:
- Hemos visto al Señor.
Pero él les contestó:
- Si no veo en sus manos la señal de los clavos,
si no meto el dedo en el
agujero de los clavos - Hemos visto al Señor.
Pero él les contestó:
- Si no veo en sus manos la señal de los clavos,
y no meto la mano en su
costado, no lo creo.
A los ocho días,
estaban otra vez dentro
los discípulos y Tomás con ellos.
Llegó Jesús,
estando cerradas las puertas,
se puso en medio y dijo:
- Paz a vosotros.
Luego dijo a Tomás:
- Trae tu dedo, aquí tienes mis manos;
- Paz a vosotros.
Luego dijo a Tomás:
- Trae tu dedo, aquí tienes mis manos;
trae tu mano y métela en
mi costado;
y no seas incrédulo, sino
creyente.
Contestó Tomás:
- ¡Señor mío y Dios mío!
Jesús le dijo:
- ¿Porque me has visto has creído?
- ¿Porque me has visto has creído?
Dichosos los que crean sin
haber visto.
Muchos otros signos,
que no están escritos en
este libro,
hizo Jesús a la vista de
los discípulos.
Éstos se han escrito para
que creáis que Jesús es el Mesías,
el Hijo de Dios,
y para que, creyendo,
tengáis vida en su nombre.
Palabra
del Señor
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De S C J
De J A. Pagola
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