El
martes, día 10 de diciembre, nos reunimos en los locales de Esic, el grupo 1 del
IDR de la Parroquia S. Fco. Javier, en el que el grupo local de laicos dehonianos participa,
además de otros miembros de la Parroquia.
Con la ausencia de 8 personas que no pudieron asistir
por diferentes motivos.
4º Año.
Tema 2
La dignidad de la persona humana,
y la defensa de sus derechos,
camino primero y fundamental de la Iglesia.
Oración
inicial
1º.- Escuchamos:
Lectura de la Palabra de Dios
Breve análisis del
texto, situación.
Según
testimonio del mismo Pablo no fue él quien evangelizó esta ciudad. Las
afirmaciones de la misma carta revelan que fue Epafras, convertido
probablemente en Éfeso por Pablo, quien anunció en ella el Evangelio. Se
encuentra junto a Pablo en el momento de escribir la carta.
En
Colosas había una importante comunidad cristiana, la mayoría convertidos del paganismo. Pero también un buen número de judeo-cristianos.
De
los judíos convertidos vienen gran parte de
los problemas, y hoy también puede ocurrir , porque nos cuesta convertirnos al Dios de Jesús. Cambiar de mentalidad,
creer en Él..
Entre
los cristianos de Colosas había algunos que enseñaban errores gravemente
peligrosos. Epafras, consciente de ello, habría ido a comunicárselo a Pablo. A
juzgar por los datos de la carta, parece que se difundía un triple error:
-Tendencia
judaizante. Parece que determinados judíos convertidos al cristianismo no
acertaban a desprenderse de las tradiciones judías. pretendían que los
cristianos se circuncidaran, celebrar el sábado y fiestas judías, abstinencia
de alimentos
-Doctrina
sobre el papel de los ángeles en la creación. Según la antigua filosofía eran
los "elementos del mundo" los que hacían perceptible la
"plenitud" de la divinidad. Ellos eran los regidores cósmicos que gobernaban
los astros. Los judíos los convirtieron en ángeles, a quienes consideraron como
guardianes de la ley El hombre ha de
servilos y darles culto.
Semejante
doctrina destrona a Cristo del lugar y de la misión que le corresponde en la
creación y en la salvación del hombre.
-Ritos
de iniciación y ascetismo rígido. Hay en ello una clara influencia de las
religiones de los misterios, tan en boga en el mundo helenístico de esa época.
Muy explicable en los colosenses dada la inclinación de los habitantes de
Frigia a especulaciones y cultos mistéricos.
Tales
errores eran graves. Mezcla de elementos cristianos, judíos y paganos,
amenazaban con oscurecer el misterio de Cristo, único mediador y redentor
nuestro.
Hoy también puede ocurrirnos, pues vivimos muy mezclados
culturalmente por las nuevas tecnologías, la emigración, etc.
Cristo, creador y
salvador.
Este himno habla de Cristo: con relación a Dios, a la creación, a
la Iglesia.
Con
relación a Dios
La
primera estrofa comienza afirmando que Cristo es la imagen de Dios invisible.
El libro Sabiduría se llama a la
sabiduría "imagen de la bondad de Dios”. También el hombre es imagen de
Dios en el orden natural por su naturaleza racional y en el sobrenatural por la
gracia santificante.
Pero
Cristo es una imagen en todo igual al Padre, en el ser y en el obrar, porque en
él reside la plenitud de la divinidad
Dios,
se nos hace visible en Cristo que a través de su humanidad, nos refleja las perfecciones
divinas del Padre.
Jesús
dice: "El que me ve a mí ve al
Padre”. "Nadie conoce al Hijo
sino el Padre, y al Padre no lo conoce más que el Hijo, y aquel a quien el Hijo
se lo quiera revelar”.
Con
relación a la creación,
Dice S Pablo de Jesús: «primogénito de toda criatura..., en Él
fueron creadas todas las cosas de cielo y tierra, visibles e invisibles...,
todo fue creado por Él y para Él..., Él es anterior a todo, y todo subsiste en
Él»
La idea general es clara: Cristo
está por encima de toda la creación, en cuyo origen ha influido y a la que
sigue dando consistencia.
La
descripción de la persona de Cristo en su condición de Redentor. Ambas ideas,
creación y redención, están íntimamente ligadas para San Pablo: si Cristo fue
quien en un principio creó todas las cosas, es también Él quien luego las va a
pacificar y armonizar, una vez disgregadas por el pecado.
Con
relación a la Iglesia.
La afirmación de que es «cabeza del cuerpo, que es la Iglesia» (v.
18), riquísima de contenido, ya queda explicada en otros lugares.
Cristo
es la cabeza que comunica la vida a los miembros del cuerpo y que los une en un
conjunto vital y armónico.
Cristo
es principio y primogénito de entre los muertos no sólo en cuanto que fue el
primero que resucitó, sino en cuanto que en la resurrección de Cristo está ya
incluida la nuestra (1Cor 15,20), que tendrá lugar al final de los tiempos. Por
eso puede reconciliar todas las cosas, las del cielo y las de la tierra.
Reconciliados
con Dios por Cristo. Pablo recuerda a los creyentes de Colosas que también
ellos han participado en la reconciliación que Cristo ha llevado a cabo con su
muerte, viniendo a ser santos en la presencia de Dios.
La Palabra
nos interpela: Puesta en común.
2º.- REFLEXIONAMOS;
Exposición del tema.
.
1. La tradición
bíblico-cristiana.
Según
la Biblia, la relación fundamental con Dios es constitutiva de la persona. El
ser humano es creado a imagen de Dios (cf. Gén 1,27), el hombre es aquel de
quien Dios se acuerda y aquel a quien todo sirve (cf. Sal 8).
Querido
y creado por Dios como su interlocutor, es capaz de responder y de comunicar. El
hombre ejerce un dominio cuidado sobre lo creado como "imagen de Dios” que
es.
el
ser humano está llamado a ser imagen aún más plenamente con Cristo
El
hombre, creado como un tú de Dios, es llamado a responder libremente a una
comunión ofrecida por él. Esta condición es único en el ser humano es también el
fundamento último de su incomparable dignidad.
El
Catecismo de la Iglesia Católica (1992) formula una síntesis de la realidad
personal y de su dignidad: "De todas las criaturas visibles sólo el hombre
es capaz de conocer y amar a su Creador, él está llamado a participar, por el
conocimiento y el amor, en la vida de Dios. Para este fin ha sido creado y ésta
es la razón fundamental de su dignidad"
2. El magisterio de
la Iglesia.
En
el siglo pasado, León XIII, en la encíclica Rerum novarum, tras afirmar la
igualdad fundamental de todos, ricos y pobres, soberanos y súbditos, arguyendo
que uno "es el mismo Señor, de todos” (Rom 10,12), advierte: "A nadie
le está permitido violar impunemente la dignidad humana, de la que Dios mismo
dispone con gran reverencia, ni ponerle trabas en la marcha hacia su
perfeccionamiento, que lleva a la sempiterna vida de los cielos” (RN 30).
Seguir
la relación de la dignidad con la exigencia de una más justa distribución de
los bienes materiales, o la realidad del trabajo y la justicia, equivale a
rastrear gran parte de la llamada doctrina social, y a citar, una y otra vez,
las encíclicas de Juan XXIII, como Mater et magistra o Pacem in terris. En la
misma línea prosigue Populorum progressio, donde, como ocurre con las
anteriores, la dignidad y los derechos humanos son temas centrales.
La
vida de cada ser humano es sagrada. El respeto y promoción de la dignidad se
entienden como deber y tarea de nosotros los cristianos y de todos los seres
humanos.
El
diálogo entre creyentes y no creyentes
cobró mayor relieve e el Concilio vaticano II
Se
afirma en Pacem in terris: “El hombre que yerra no puede por ello ser despojado
de su condición de hombre, ni automáticamente pierde jamás su dignidad de
persona, dignidad que debe ser tenida siempre en cuenta”
Juan
XXIII se hizo eco de la causa de la dignidad que se iba abriendo paso entre las mujeres, "que exigen que se
las trate como personas, tanto en el hogar como en la vida pública"
(PT32). Una anotación que tuvo continuidad en Gaudium et spes, el documento del
Vaticano II más atento al problema (cf. GS29).
En
la constitución Gaudium et spes:
la
dignidad encuentra su fundamento y razón
más alta en la relación con Dios. Vinculada a ser a imagen de Dios y a la vocación
del hombre a la comunión con Dios, la dignidad no es algo que pueda oponerse al
reconocimiento y obediencia de ese mismo DioS.
Gaudium
etspes señala también que hay una dignidad de la conciencia que nadie está
autorizado a violar, y que el ser humano tiene una exigencia irresistible de
libertad.
La
persona humana , creada por amor, y creada para escuchar a Dios, merece absoluto respeto, y cualquier lesión a
esa dignidad es un atentado al honor debido al Creador...
Finalmente,
el Concilio urge a los cristianos a la lucha contra las desigualdades
escandalosas que impiden a quienes las padecen asumir las responsabilidades
personales y sociales que les corresponden (cf. GS 29-31).
Concluye señalando
que la dignidad es uno de los temas fundamentales en el diálogo entre la
Iglesia y el mundo y advierte, a este propósito, que ninguna ley humana puede
asegurar la dignidad personal y la libertad como lo ha hecho el Evangelio de
Cristo
(cf. GS 40-41).
En
años sucesivos, Juan Pablo II ha vuelto una y otra vez a la dignidad, como tema
inseparable de la persona y presente en los problemas y tensiones más graves.
La encíclica Evangelium vitae recuerda la dignidad de cada vida humana, fundada
en un origen y un destino. Esa dignidad y
la protección de la vida está en la base
de la convivencia.
3- Actualizamos:
La
dignidad no es un bien que se consigue, sino que pertenece a la misma esencia
del ser humano. Y esta dignidad hay que darla a conocer, propagarla, y hacer
descubrir que su origen está en el mismo Dios. Y eso es tarea de todos los
cristianos, de la Iglesia.
Cuando
alguien en situaciones “poco dignas” se siente amado le hace recobrar y
recordar que es hijo querido por Dios.
Muchas
situaciones pueden oscurecer a uno mismo su dignidad: maltratado, personas no
amadas por nadie,
Por
eso la mejor manera de ayudar a que cada hermano recobre su dignidad que cree
no tener, es siempre con amor. Escuchar,
acompañar, compartir, atender, ayudar
como hacia Jesucristo en su vida terrena.
- Puesta en
común
- Oración final
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