Y algunos encima se escandalizan, generan
polémica o ponen el ‘Atención, esta información contiene imágenes que pueden
herir su sensibilidad’… ¿Herir? ¿Su qué? No hay peligro: ojalá hubiera
sensibilidad. Y sensibilidad vulnerable, “herible”. Ojalá -y lo digo por mí en
concreto; únase quien lo desee- no se nos hubiese quedado por el camino la
capacidad de estar en relación con este mundo (¿aldea?) y su verdad.
Aylan
Kurdi es el nombre del niño de tres años muerto en la playa, escupido en la
playa de nuestros veranos. Murió junto a su hermano Galip de cinco y su madre.
Podríamos decir que el alma cristiana de Europa tiene un pecado que mancha y
que solo puede salir de un modo: conversión.
La denostada por hipócrita,
inhumana y antiprogresista alma cristiana ha sido sustituida en Europa… ¿por?
Por lo mismo, pero sin un Dios al que dar cuentas y volverse. Sí, no te quito
la razón de que es un juicio superficial, pero no tengo espacio para más.
Pero
dime, ¿qué alma, qué constitución interna tenemos entonces? Fracasan las
instituciones, fracasan las sociedades, fracasan las almas… ¿Qué somos?
Ah sí:
‘Atención, esta información contiene imágenes que pueden herir su
sensibilidad’. No olvidamos nuestra incapacidad, porque nos culpabiliza. Pero
tampoco quiero dejar de olvidar a los culpables que nos incapacitan, a los
culpables que empujan del otro lado, en nombre de Dios (ISIS y compañeros
‘martirizadores’), hacia nuestro lado sin Dios. Como no hay verdad ni en uno ni
otro de estos lados, como siempre, el débil paga… con lo que tiene: su vida
vulnerable.
Pues eso, “Misericordia, Señor, misericordia”… ¿y algo más?
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