Hola a todos. Juntos como, cada semana, con Jesucristo
Padre nuestro, hágase tu voluntad, aquí en la tierra como en el cielo.
Nos interesa que se haga su voluntad, porque esta frase es de Jesús.
Y la voluntad de Dios ¿cuál es?
Yo puedo conocer la voluntad de Dios conociendo a Jesús.
Porque así nos lo aclara él mismo:
-No me conocéis ni a mí ni a mi Padre;
si me conocierais a mí,
conoceríais también a mi Padre (Jn 8, 19)
Se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:
- Si quieres, puedes limpiarme. Jesús compadecido, extendió la mano y lo tocó, diciendo:
- Quiero: queda limpio.
La lepra se le quitó inmediatamente,
y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente:
- No se lo digas a nadie;
pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote
y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.
Pero, cuando se fue,
empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones,
de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo;
se quedaba fuera, en descampado;
y aun así acudían a él de todas partes.
Palabra del Señor
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