Mis tardes con Margueritte, por Fco. Javier Azcona

Sección Cine Espiritual

 

 

(UNA PELÍCULA QUE SORPRENDE…)

Película “sorprendente”, pero encantadora. Estas son mis impresiones de un espectador inquieto por un cine con valores:

GERMAIN, un “hombre joven” (cincuentón) casi analfabeto, un patán tierno y afectuoso con todo lo que se mueve,  conoce en un parque a MARGUERITTE, una anciana de 95 años, frágil y candorosa con la que comienza una conversación superficial sobre las palomas del parque a las que  les pone nombres y son como su familia. La anciana, a la que le encanta leer  le introduce en el mundo de la lectura.

La generosidad de MARGERITTE vence la resistencia de GERMAIN creada por las burlas de un maestro y compañeros en su infancia, indiferencia y regaños  de su madre, todo por una supuesta torpeza de carácter, inteligencia y trato social del chico que lo acompaña en su madurez. En ningún momento lo discrimina por ser tosco, gordo o torpe, sino que le trata como a un igual intercambiando experiencias diversas, diferentes, pero enriquecedoras para ambos, ya que ella a su vez recibe respeto y el  conocimiento que él también tiene (la cosecha de sus verduras y tomates, sus amistades y aspiraciones…) y así le da compañía en su soledad y aislamiento.

La película nos muestra una historia humana que da juego a muchas reflexiones. Lo más importante son los diálogos:

.- Las palomas ninguna igual y todas con sus características.

.-La distancia no está en la cercanía o no de las personas, la distancia está en la cabeza.

.-No se leer. Leer también es saber escuchar.

.- ¿Uno es más feliz cuando no sabe nada?

.-Si la tierra es mala, por mucho que se abone…. pero si es buena…

.- Haz algo hoy por quien serás mañana.

La puesta en escena parece secundaria, una población pequeña donde todo el mundo se conoce y un jardín para el encuentro de los protagonistas. El descubrimiento de que la amistad puede forjarse entre dos seres tan diferentes da pie a lo más importante de la película, la humanidad de los protagonistas. Esta película nos da una visión positiva de la vida, desde una ancianidad madura y fructífera, no es un mensaje aburrido, se trata de nosotros mismos, de lo que hacemos con nuestro tiempo para construir la forma en que nos tratarán en el futuro. Nos hace pensar en lo que podemos hacer hoy, para alcanzar lo que seremos mañana.

La película está llena de valores que parecen caducos en nuestra sociedad. La amabilidad, la capacidad para aprender, la ilusión por vivir, el sentido del humor nos envuelve en una atmósfera agradable de las que nos gustaría tomar parte. Uno se pellizca buscando despertar de ese dulce encanto, sin escenas subidas de tono nos muestra una historia inverosímil.

Una gran película por lo peculiar y lo personal, un relato de profunda humanidad, algo tan inusual que hace sobresalir y destacar esta película cuya profundidad nos motiva a vivir con ilusión la vida cotidiana.

Francisco Javier Azcona

(Laico Dehoniano – Puente la Reina)