LA CRUZ DEHONIANA
La historia
La historia de la
‘cruz dehoniana’, que consiste en una cruz casi equilátero con un corazón
abierto en medio, se remonta a los años 70.
En 1978 la provincia
alemana con ocasión del Centenario de la Congregación celebraba su primera
Fiesta de la Juventud.
Tal encuentro se hacía
en nuestro colegio, el Leoninum en Handrup al norte de Alemania, no lejos de la
ciudad de Osnabrück. Fueron invitados a esta fiesta también los alumnos de
nuestro colegio de Stegen en el sur de Alemania.
El año siguiente se
programaba una “Fiesta de la Juventud” en el colegio St. Sebastian en Stegen
con ocasión de los 50 años de la escuela, organizada esta vez de los alumnos
del norte de Alemania. En preparación al encuentro de 1979, se convocó un
concurso para encontrar un logo.
Los alumnos del
colegio St. Sebastian estaban llamados a proponer un logo interpretando la
frase: “Se ve bien solo con el corazón”. Esta citación fue tonada del
libro “El principito” de Antoine de Saint-Exupéry.
Los jueces del
concurso eran los profesores de arte del colegio de Stegen, Alfred Erhard y
Benedikt Schaufelberger.
El vencedor fue el
alumno Martin Hättich de Sankt Märgen en la Selva Negra. Su logo “Cruz con
corazón”, ulteriormente desarrollado por el profesor Alfred Erhard, no solo se
convirtió en el logo de la Fiesta de la Juventud, sino que en los años
sucesivos fue asumido por muchas provincias de los Sacerdotes del Sagrado
Corazón, hasta el nivel general de la Congregación.
La interpretación
Solo a primera vista,
esta cruz con el corazón abierto en medio, parece simétrica. En una segunda mirada
emerge la irregularidad de los cuatro brazos de la cruz. También la apertura en
forma de corazón asimétrica. El efecto sobre quien observa no es estático, sino
dinámico: como si el corazón latiese en medio a la cruz.
Naturalmente la mirada
sobre la cruz se orienta hacia el centro, el corazón. Así se expresan dos
prioridades de la vida cristiana:
– la primera se
refiere al contexto de elaboración de la cruz. El alumno que diseñó este logo,
debía ilustrar la frase de Saint-Exupéry: “Se ve bien solo con el corazón”.
En un mundo
materialista y fuertemente racionalista, en el que el conocimiento a través de
las “ciencias exactas” determina el pensamiento y la acción de muchos
hombres, el logo es una llamada en favor de la antigua idea bíblica que ve en
el corazón la sede del conocimiento –es por lo tanto una llamada a no descuidar
los caminos del corazón, con el fin de conseguir una comprensión integral del
conocimiento:
“Seguí el consejo
de tu corazón, porque nadie te será más fiel que él. La conciencia de un hombre
tal vez puede advertir mejor que siete centinelas colocadas en lo alto para
espiar” (Sirácida 37,17s).
– la segunda prioridad
sugerida por el logo, va directamente al corazón de la espiritualidad de los
Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús: “Nadie tiene amor más grande que
éste: dar la vida por los propios amigos” (Juan 15,13).
Miramos la cruz y
vemos el corazón. Vemos el sufrimiento de Cristo y reconocemos su amor.
El logo es realista;
sí, el sufrimiento, el dolor, la cruz son realidad en nuestra vida y en la vida
de Jesús. Sin embargo, proclamamos una fe que no se fija simplemente en el
dolor, el sufrimiento y la cruz.
En medio del
sufrimiento no quedo sumergido en la oscuridad del abismo, sino que descubro el
amor cada vez más grande de Dios y de su Hijo, “que me amó y se entregó
a sí mismo por mí” (Gal 2,20).
Por lo tanto, para
nuestra fe, y más en particular para la espiritualidad de nuestra Congregación,
la cruz y el amor van juntos, ¡pero no a la altura de los ojos!
Esta relación es
expresada por nuestro fundador el P. Dehon en estos términos:
“Jesucristo es
realmente, en sus misterios y en su pasión, el Libro escrito interna y
externamente. ¿Y cuáles son los caracteres que vemos trazados en este Libro?
Únicamente estos: Amor. Los flagelos, las espinas, los claves, los han escrito
con caracteres de sangre sobre su carne divina; pero no nos contentemos con
leer y admirar desde fuera esta escritura divina; penetremos hasta el corazón,
y veremos una maravilla aún más grande: es el amor inagotable e incansable que
considera nada todo lo que sufre y que se entrega sin cansarse” (Oeuvres
Spirituelles II, 305).
En este logo, el
corazón en el centro de la cruz no está simplemente dibujado, sino que es
construido por un “espacio libre”. A nosotros se nos dirige la invitación a
llenar, con nuestra vida, este espacio vacío.
Nosotros Sacerdotes
del Sagrado Corazón de Jesús, estamos llamados a estar atentos a la experiencia
de un Padre amoroso, que Jesús llama ‘Abba’; atentos a cada experiencia de amor
que sostiene el sufrimiento.
Debemos estar al lado
de los hombres, en particular en las situaciones de sufrimiento, violencia e
injusticia, porque también en su vida y en la sociedad, puedan encontrar
espacio las cualidades del corazón, tan queridas al Padre Dehon: la caridad, la
misericordia y la justicia.
Heiner Wilmer, scj.
Traducido por Juan José Arnáiz, scj.
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