3/4/15

La cruz dehoniana: su historia. Por Heiner Wilmer, scj






  
 



LA CRUZ DEHONIANA 


La historia

La historia de la ‘cruz dehoniana’, que consiste en una cruz casi equilátero con un corazón abierto en medio, se remonta a los años 70.
En 1978 la provincia alemana con ocasión del Centenario de la Congregación celebraba su primera Fiesta de la Juventud.
Tal encuentro se hacía en nuestro colegio, el Leoninum en Handrup al norte de Alemania, no lejos de la ciudad de Osnabrück. Fueron invitados a esta fiesta también los alumnos de nuestro colegio de Stegen en el sur de Alemania.

El año siguiente se programaba una “Fiesta de la Juventud” en el colegio St. Sebastian en Stegen con ocasión de los 50 años de la escuela, organizada esta vez de los alumnos del norte de Alemania. En preparación al encuentro de 1979, se convocó un concurso para encontrar un logo.
Los alumnos del colegio St. Sebastian estaban llamados a proponer un logo interpretando la frase: “Se ve bien solo con el corazón”. Esta citación fue tonada del libro “El principito” de Antoine de Saint-Exupéry.
Los jueces del concurso eran los profesores de arte del colegio de Stegen, Alfred Erhard y Benedikt Schaufelberger.

El vencedor fue el alumno Martin Hättich de Sankt Märgen en la Selva Negra. Su logo “Cruz con corazón”, ulteriormente desarrollado por el profesor Alfred Erhard, no solo se convirtió en el logo de la Fiesta de la Juventud, sino que en los años sucesivos fue asumido por muchas provincias de los Sacerdotes del Sagrado Corazón, hasta el nivel general de la Congregación.

La interpretación

Solo a primera vista, esta cruz con el corazón abierto en medio, parece simétrica. En una segunda mirada emerge la irregularidad de los cuatro brazos de la cruz. También la apertura en forma de corazón asimétrica. El efecto sobre quien observa no es estático, sino dinámico: como si el corazón latiese en medio a la cruz.

Naturalmente la mirada sobre la cruz se orienta hacia el centro, el corazón. Así se expresan dos prioridades de la vida cristiana:
– la primera se refiere al contexto de elaboración de la cruz. El alumno que diseñó este logo, debía ilustrar la frase de Saint-Exupéry: “Se ve bien solo con el corazón”.
En un mundo materialista y fuertemente racionalista, en el que el conocimiento a través de las “ciencias exactas” determina el pensamiento y la acción de muchos hombres, el logo es una llamada en favor de la antigua idea bíblica que ve en el corazón la sede del conocimiento –es por lo tanto una llamada a no descuidar los caminos del corazón, con el fin de conseguir una comprensión integral del conocimiento:
Seguí el consejo de tu corazón, porque nadie te será más fiel que él. La conciencia de un hombre tal vez puede advertir mejor que siete centinelas colocadas en lo alto para espiar” (Sirácida 37,17s).

– la segunda prioridad sugerida por el logo, va directamente al corazón de la espiritualidad de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús: “Nadie tiene amor más grande que éste: dar la vida por los propios amigos” (Juan 15,13).

Miramos la cruz y vemos el corazón. Vemos el sufrimiento de Cristo y reconocemos su amor.

El logo es realista; sí, el sufrimiento, el dolor, la cruz son realidad en nuestra vida y en la vida de Jesús. Sin embargo, proclamamos una fe que no se fija simplemente en el dolor, el sufrimiento y la cruz.
En medio del sufrimiento no quedo sumergido en la oscuridad del abismo, sino que descubro el amor cada vez más grande de Dios y de su Hijo, “que me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gal 2,20).
Por lo tanto, para nuestra fe, y más en particular para la espiritualidad de nuestra Congregación, la cruz y el amor van juntos, ¡pero no a la altura de los ojos!

Esta relación es expresada por nuestro fundador el P. Dehon en estos términos:
“Jesucristo es realmente, en sus misterios y en su pasión, el Libro escrito interna y externamente. ¿Y cuáles son los caracteres que vemos trazados en este Libro? Únicamente estos: Amor. Los flagelos, las espinas, los claves, los han escrito con caracteres de sangre sobre su carne divina; pero no nos contentemos con leer y admirar desde fuera esta escritura divina; penetremos hasta el corazón, y veremos una maravilla aún más grande: es el amor inagotable e incansable que considera nada todo lo que sufre y que se entrega sin cansarse” (Oeuvres Spirituelles II, 305).

En este logo, el corazón en el centro de la cruz no está simplemente dibujado, sino que es construido por un “espacio libre”. A nosotros se nos dirige la invitación a llenar, con nuestra vida, este espacio vacío.
Nosotros Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús, estamos llamados a estar atentos a la experiencia de un Padre amoroso, que Jesús llama ‘Abba’; atentos a cada experiencia de amor que sostiene el sufrimiento.

Debemos estar al lado de los hombres, en particular en las situaciones de sufrimiento, violencia e injusticia, porque también en su vida y en la sociedad, puedan encontrar espacio las cualidades del corazón, tan queridas al Padre Dehon: la caridad, la misericordia y la justicia.


Heiner Wilmer, scj.

Traducido por  Juan José Arnáiz, scj.

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Video clip donde el corazón