26/8/13

Familia Dehoniana: Mensaje final de la juventud dehoniana al término del EJD – JMJ -- Brasil 2013







es


“Por favor (jóvenes), no dejen que otros sean los protagonistas de los cambios, ustedes son el futuro. No seáis cobardes, no ‘balconeen’ la vida, no quedaros mirando desde el balcón sin participar, entrad en ella, como hizo Jesús y construir un mundo mejor y más justo.”

(Papa Francisco, en la Vigilia de la JMJ Río
 27 de julio de 2013)


Querida Familia Dehoniana:

Reunidos en Taubaté y Río de Janeiro, entre los días 19 y 28 de julio de 2013, los jóvenes dehonianos representantes de los cuatro continentes, expresamos la alegría de experimentar la unidad y la fraternidad.  Durante este tiempo hemos sentido lo que significa el “Sint Unum” querido por el Padre Dehon.

La generosidad con la que nos acogieron en estos días las familias, comunidades y parroquias tanto en Taubaté como en Río de Janeiro, ha ido más allá de la formalidad de abrir las puertas de sus casas: nos han abierto las puertas del corazón, como el Corazón de Jesús que acoge a todos.

La invitación para que caminemos en el amor, atiende al llamado de ser profetas del amor.  El mundo de hoy nos enseña a amar a los que son iguales y sólo a los que nos recompensan, pero la vivencia dehoniana de estos días reveló que las diferencias nos abren al encuentro y nos permiten amar gratuitamente, sin buscar nada a cambio.

La interculturalidad del evento ha motivado a los jóvenes a la participación activa y estamos seguros de que será un estímulo para el trabajo pastoral que realizan en sus respectivos países, comprendiendo que el ser dehoniano no se limita a la actividad cotidiana de su comunidad, sino que es algo mucho más amplio y universal.

Con todo esto queremos implantar el Reino del Corazón de Jesús y emprender nuevos retos, porque en estos tiempos nuevos, son necesarias nuevas obras.

Por esta razón queremos sugerir a toda la congregación, y de manera especial al Gobierno General, la formación de una Comisión Internacional de la Juventud Dehoniana, donde jóvenes y religiosos puedan reflexionar y trabajar juntos sobre la espiritualidad del joven dehoniano vivida en la diversidad de los países.  Los grandes momentos vividos en los encuentros anteriores, de España y Brasil, nos hace ver la necesidad de la creación de un equipo que promueva, trabaje y aliente nuestra participación efectiva como jóvenes dehonianos en la Jornada Mundial de la Juventud, independientemente del país en el cual se celebre.

Estamos invitados: ¡Caminad en el Amor! (Ef 5,2) y en compañía del Corazón de Jesús, queremos dejar nuestras huellas en la historia de la congregación.



Taubaté y Río de Janeiro, 29 de julio de 2013

22/8/13

Papa Francisco: ¿Crees que los apóstoles llamaban de usted a Jesús? ¿O lo llamarían excelencia?








ROMA, 22 de agosto de 2013 (Zenit.org) - 
Un joven de 19 años que entregó una carta para el papa Francisco durante una visita a Castel Gandolfo, fue contactado telefónicamente por el santo Padre. Francisco conversó ocho minutos con el muchacho y definió ese día como el más lindo de su vida.
Stefano Cabizza, estudiante de ingeniería de 19 años, apasionado de fútbol y residente en la ciudad Veneta de Padua, se quedó casi mudo cuando el Papa le llamó por teléfono. Lo reporta el diario Il Gazzettino, del noreste de Italia, a quien el joven indicó que “nos hemos reído y bromeado por unos ocho minutos. Me llamó ayer hacia las 17 horas, y me había buscado antes pero no me había encontrado.
 “Me dijo que lo podía tutear precisando: '¿Crees que los apóstoles  llamaban de usted a Jesús? ¿O lo llamarían excelencia? Eran todos amigos como lo somos tú y yo, y a mis amigos les llamo del tú”. 
"Y visto que mi nombre es Stefano que le rezara a san Esteban y que rezara también por él. Me dio su bendición y sentí crecer una gran fuerza. Claramente fue el día más lindo de mi vida”.

“He querido hablar de esta experiencia fantástica solamente para dar a conocer este gesto de gran humildad y cercanía del Papa Francisco hacia nosotros los jóvenes”, explicó Stefano con gran emoción.

21/8/13

El día en que dejé de decir "date prisa". Rachel Macy Stafford










Cuando estás viviendo una vida distraída, cada minuto cuenta. Sientes que deberías tachar algo de la lista de cosas pendientes, mirar una pantalla, o salir corriendo hacia el siguiente destino. Y no importa en cuántas partes dividas tu tiempo y atención, no importa cuántas tareas trates de hacer a la vez, nunca hay suficiente tiempo para ponerse al día.
Esa fue mi vida durante dos años frenéticos. Mis pensamientos y acciones estaban controlados por notificaciones electrónicas, melodías para el móvil y agendas repletas. Y aunque cada fibra de mi sargento interior quería llegar a tiempo a todas las actividades de mi horario excesivo, yo no.

Verás, hace seis años, fui bendecida con una niña relajada, sin preocupaciones, del tipo que se para a oler las rosas.
Cuando tenía que estar ya fuera de casa, ella estaba ahí, toda dulzura, tomándose su tiempo para elegir un bolso y una corona con purpurina.
Cuando tenía que estar en algún sitio desde hacía cinco minutos, ella insistía en intentar sentar y ponerle el cinturón de seguridad a su peluche.
Cuando necesitaba pasar rápidamente a comprar un bocadillo en Subway, se paraba a hablar con la señora mayor que se parecía a su abuela.
Cuando tenía 30 minutos para ir a correr, quería que parase la sillita para acariciar a cada perro con el que nos cruzábamos.
Cuando tenía la agenda completa desde las seis de la mañana, me pedía que le dejase cascar y batir los huevos con toda su suavidad.

rachel macy stafford 2

Mi niña despreocupada fue un regalo para mi personalidad de tipo A, orientada al trabajo, pero yo no lo vi. Oh no, cuando tienes una vida distraída, tienes visión de túnel - solo ves el siguiente punto en tu agenda. Y todo lo que no se pueda tachar de la lista es una pérdida de tiempo.
Cada vez que mi hija me desviaba de mi horario, me decía a mí misma: "No tenemos tiempo para esto". Así que las dos palabras que más usaba con mi pequeña amante de la vida eran: "Date prisa".
Empezaba mis frases con esas dos palabras.
Date prisa, vamos a llegar tarde.
Y las terminaba igual.
Nos lo vamos a perder todo si no te das prisa.
Comenzaba el día así.
Date prisa y cómete el desayuno.
Date prisa y vístete.
Terminaba el día de la misma forma.
Date prisa y lávate los dientes.
Date prisa y métete en la cama.

Y aunque las palabras "date prisa" conseguían poco o nada para aumentar la velocidad de mi hija, las pronunciaba igualmente. Tal vez incluso más que las palabras "te quiero".
La verdad duele, pero la verdad cura... y me acerca a la madre que quiero ser.
Entonces, un día trascendental, las cosas cambiaron. Habíamos recogido a mi hija mayor del cole y estábamos saliendo del coche. Como no iba lo suficientemente deprisa para su gusto, mi hija mayor le dijo a su hermana: "Eres muy lenta". Y cuando se cruzó de brazos y dejó escapar un suspiro exasperado, me vi a mí misma - la visión fue desgarradora.
Yo era una matona que empujaba y presionaba y acosaba a una niña pequeña que sólo quería disfrutar de la vida.
Se me abrieron los ojos, vi con claridad el daño que mi existencia apresurada infligía a mis dos hijas.
Aunque me temblaba la voz, miré a los ojos de mi hija pequeña y le dije: "Siento mucho haberte metido prisa. Me encanta que te tomes tu tiempo, y me gustaría ser más como tú".
Mis dos hijas me miraban igualmente sorprendidas por mi dolorosa admisión, pero la cara de mi hija menor tenía un brillo inconfundible de validación y aceptación.
"Prometo ser más paciente a partir de ahora", dije mientras abrazaba a mi niña de pelo rizado que sonreía con la promesa de su madre.

Fue bastante fácil desterrar las palabras "date prisa" de mi vocabulario. Lo que no fue tan fácil era conseguir la paciencia necesaria para esperar a mi lenta hija. Para ayudarnos a las dos, empecé a darle un poco más de tiempo para prepararse si teníamos que ir a alguna parte. Y a veces, incluso así, todavía llegábamos tarde. En esos momentos me tranquilizaba pensar que solo llegaría tarde a los sitios unos pocos años, mientras ella fuese pequeña.
Cuando mi hija y yo íbamos a pasear o a la tienda, le dejaba marcar el ritmo. Y cuando se paraba para admirar algo, intentaba quitarme la agenda de la cabeza para simplemente observar lo que hacía. Vi expresiones en su cara que no había visto nunca antes. Estudié los hoyuelos de sus manos y la forma en que sus ojos se arrugan cuando sonríe. Vi cómo otras personas respondían cuando se paraba para hablar con ellos. Observé cómo descubría bichos interesantes y flores bonitas. Era una observadora, y aprendí rápidamente que los observadores del mundo son regalos raros y hermosos. Ahí fue cuando por fin me di cuenta de que era un regalo para mi alma frenética.

Mi promesa de frenar es de hace casi tres años, y al mismo tiempo empezó mi viaje para dejar de lado la distracción diaria y atrapar lo que de verdad importa en la vida. Vivir en un ritmo más lento todavía requiere un esfuerzo coordinado. Mi hija pequeña es el vivo recuerdo de por qué tengo que seguir intentándolo. De hecho, el otro día, me lo volvió a recordar.
Habíamos salido a dar un paseo en bicicleta durante las vacaciones. Después de comprarle un helado, se sentó en una mesa de picnic para admirar con deleite la torre de hielo que tenía en la mano.
De repente, una mirada de preocupación cruzó su rostro. "¿Tengo que darme prisa, mamá?"
Podría haber llorado. Tal vez las cicatrices de una vida acelerada no desaparecen por completo, pensé con tristeza.
Mientras mi hija me miraba esperando saber si podía tomarse su tiempo, supe que tenía una opción. Podía sentarme allí y sufrir pensando en la cantidad de veces que le había metido prisa a mi hija en la vida... o podía celebrar el hecho de que hoy intento hacer algo distinto.
Elegí vivir el hoy.

"No tienes que darte prisa. Tómate tu tiempo", le dije tranquilamente. Su rostro se iluminó al instante y se le relajaron los hombros.
Y así que nos sentamos y estuvimos hablando de las cosas que las que hablan las niñas de seis años que tocan el ukelele. Incluso hubo momentos en que nos sentamos en silencio simplemente sonriendo la una a la otra y admirando las vistas y sonidos que nos rodeaban.
Pensé que mi hija se iba a comer toda la maldita cosa - pero cuando llegó al último pedazo, me pasó la cuchara con cristales de hielo y el líquido dulce. "He guardado el último bocado para ti, mamá", me dijo con orgullo.
Mientras el manjar helado saciaba mi sed, me dí cuenta de que había hecho el negocio de mi vida.
Le di a mi hija un poco de tiempo... y, a cambio, ella me dio su último sorbo y me recordó que las cosas son más dulces y el amor llega con más facilidad cuando dejas de correr por la vida.

Ya se trate de ...
Tomarse un helado
Coger flores
Ponerse el cinturón de seguridad
Batir huevos
Buscar conchas en la playa
Ver mariquitas y otros bichos
Pasear por la calle
No diré: "No tenemos tiempo para esto". Porque básicamente estaría diciendo: "No tenemos tiempo para vivir".
Hacer una pausa para deleitarse con los placeres simples de la vida es la única manera de vivir de verdad.
(Confía en mí, he aprendido de la mejor experta del mundo en vida alegre.)



14/8/13

La Asunción de María al cielo. Rasgos de María, J. A. Pagola







La Buena Noticia de Lucas 1,39-56 

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: 
- ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. 
María dijo: 
- Proclama mi alma la grandeza del Señor, 
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; 
porque ha mirado la humillación de su esclava. 
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, 
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: 
su nombre es santo, 
y su misericordia llega a sus fieles 
de generación en generación. 
Él hace proezas con su brazo: 
dispersa a los soberbios de corazón, 
derriba del trono a los poderosos 
y enaltece a los humildes, 
a los hambrientos los colma de bienes 
y a los ricos los despide vacíos. 
Auxilia a Israel, su siervo, 
acordándose de la misericordia 
-como lo había prometido a nuestros padres- 
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. 
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.





José Antonio Pagola

En este día de la Asunción de María, vamos a intentar descubrir uno de los rasgos más característicos del amor cristiano, se trata de saber acudir junto a quien puede estar necesitando nuestra presencia.

La visita de María a Isabel permite al evangelista Lucas poner en contacto al Bautista y a Jesús, antes incluso de haber nacido. La escena está cargada de una atmósfera muy especial. Las dos van a ser madres. Las dos han sido llamadas a colaborar en el plan de Dios. No hay varones. Zacarías ha quedado mudo. José está sorprendentemente ausente. Las dos mujeres ocupan toda la escena.

María, que ha llegado aprisa desde Nazaret, se convierte en la figura central. Todo gira en torno a ella y a su Hijo. Su imagen brilla con unos rasgos más genuinos que muchos otros que le han sido añadidos a lo largo de los siglos a partir de advocaciones y títulos alejados de los evangelios.

María, «la madre de mi Señor». Así lo proclama Isabel a gritos y llena del Espíritu Santo. Es cierto: para los seguidores de Jesús, María es antes que nada la Madre de nuestro Señor. De ahí arranca toda su grandeza. Los primeros cristianos nunca separan a María de Jesús. Son inseparables. 
«Bendecida por Dios entre todas las mujeres», ella nos ofrece a Jesús, «fruto bendito de su vientre».

María, la creyente. Isabel la declara dichosa porque «ha creído». María es grande no simplemente por su maternidad biológica, sino por haber acogido con fe la llamada de Dios a ser Madre del Salvador. Ha sabido escuchar a Dios; ha guardado su Palabra dentro de su corazón; la ha meditado; la ha puesto en práctica cumpliendo fielmente su vocación. María es Madre creyente.
María, la evangelizadora. María ofrece a todos la salvación de Dios, que ha acogido en su propio Hijo. Esa es su gran misión y su servicio. Según el relato, María evangeliza no solo con sus gestos y palabras, sino porque allá a donde va lleva consigo la persona de Jesús y su Espíritu. Esto es lo esencial del acto evangelizador.

María, portadora de alegría. El saludo de María comunica la alegría que brota de su Hijo Jesús. Ella ha sido la primera en escuchar la invitación de Dios: «Alégrate... el Señor está contigo». Ahora, desde una actitud de servicio y de ayuda a quienes la necesitan, María irradia la Buena Noticia de Jesús, el Cristo, al que siempre lleva consigo. Ella es para la Iglesia el mejor modelo de una evangelización gozosa.







11/8/13

República Centro Africana: por si fuera poco, ahora arrecia el hambre







Jueves, 8 agosto, 2013
Lo acaba de comunicar el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA), que ha reforzado su presencia en la Republica Centroafricana (RCA)ante el aumento del hambre entre las personas que han huido de sus hogares y tierras por miedo a la violencia de la Seleka, el grupo armado radical que tomó el país el pasado mes de marzo.
La mayoría de estos desplazados, asegura el PMA, son "granjeros que no van a poder retornar a tiempo para la siembra. Muchas de estas personas llevan fuera de sus casas desde marzo.
La gente tiene miedo volver a sus casas y encontrarse con la brutalidad de la Seleka, Juan José Aguirre nos explicó la razón de ese miedo: a violencia radical que practica la Seleka,  que ha sumido a la RCA en el terror.  
Manos Unidas está muy pendiente de los acontecimientos en la RCA. Monseñor Aguiire, obispo de Bangassou, que ya ha regresado a su diócesis tras pasar unos días por Europa, nos mantendrá informados del devenir de un conflicto que comenzó el pasado mes de marzo.
En los siguientes enlaces puedes encontrar más información sobre la llegada de la Seleka a la RCA, el golpe de Estado y las atrocidades que un ejército de mercenarios y chicos de la calle están llevando a cabo en el pacífico país del centro de África.    

9/8/13

Lo que pasa en la República Centroafricana- Juan José Aguirre, Obispo:







¡Como un enorme tsunami! Así fue la llegada de los 500 rebeldes Seleka a Centroáfrica en el mes de diciembre de 2012. Casi todos son de la etnia Ngoula, musulmanes del norte del país, con la complicidad de las etnias musulmanas del sur del Chad y del Sudán y de unos 5.000 mercenarios de toda condición y calaña.
Llegaron a tomar el poder por la fuerza el 24 de marzo pasado, domingo de Ramos, y han llevado al país, de la pobreza donde estaba en 2012, a la espesa miseria de hoy, un engrudo entre un caos generalizado y una falta de liquidez acuciante.

Centroáfrica es ahora un país ingobernable.
Los petrodólares prometidos no llegan porque el TPI (Tribunal Penal Internacional) está ojo avizor. Para comprar el jugador Neymar no hay problemas. Cheque en blanco. Para subvencionar Centroáfrica se lo piensan dos veces. Del poder corrupto y nepotista del general Bozize (hoy huido entre Camerún y su mansión en el Benín), que quería pero no podía, hemos pasado a ser pisoteados por una banda de rebeldes incompetentes acompañados por una miríada de salteadores de caminos.

Cuando conquistaron el centro del país y la capital Bangui, éstos estrictos seguidores de Mahoma, destrozaron las estructuras de aquel estado corrompido dirigido por un general adepto de una secta llamada “cristianismo celeste”. También espantaron las ONGs, que pusieron pies en polvorosa en pocas horas dejando sus coches escondidos (luego robados) y sus proyectos entre paréntesis.

Solo la Cruz Roja internacional y Médicos sin Fronteras soportaron el tirón aunque evacuaron todo “el personal no indispensable”. Más tarde también ellos fueron asaltados. Pero antes que nada, la coalición Seleka saqueó sistemáticamente las misiones católicas, desde los garajes y las pediatrías hasta dineros y muebles.
Aguantamos el chaparrón y el concierto de obuses y metralla con cierta dignidad, aunque poblada de sombras, decidimos quedarnos con la gente y dejarnos hurgar y robar hasta en nuestros armarios antes de perder la vida, moviéndonos de puntillas para no toparnos en una curva con una patrulla de gente armada, algunos, auténticos mocosos, armados hasta los dientes, que se hacían pasar por comandantes aunque 4 meses antes eran solamente aprendices de pinchazos o simples muchachos de la calle.

Hoy día en Bangassou, varios meses después, estos indeseables, cruzados sus pechos por hileras interminables de balas calibre 12, campan por sus anchas y buscan con esmero algo que llevarse a la boca. Manda en plaza un comandante sudanés del Darfur, el Comandante Abdala, que dice estar aquí para pacificar este pueblo revuelto.
Llamar a mi gente “un pueblo revuelto” es como identificar el Valle de Ordesa con el bullicio de la feria. Nadie le escucha y todo el mundo le detesta. Negociamos con él a través de un intérprete, pues sólo conoce el árabe hablado y no sabe escribir y nos ha dado el permiso para empezar las clases en el colegio de la misión, recibir enfermos de sida en el centro Buen Samaritano, continuar el trabajo de construcción de la nueva maternidad, pasar las barreras con nuestro viejo camión lleno de arena sin pagar continuos peajes, organizar una peregrinación a un santuario mariano para pedir a la Virgen cordura (para ellos) y fortaleza (para nosotros), preparar una ordenación sacerdotal vivida por todos como un regalo que Dios nos concedía en medio de tanto desmán…

Hasta para que aterricen los aviones de la Cruz Roja hay que negociar con el “patrón de nuestras vidas.” Estamos recogiendo testimonios de sus tropelías para que pueda un día, creo que aún lejano, dar con sus huesos y pagar sus deudas con este pueblo en el TPI.

Guilaine, que vemos en la foto de arriba, estaba con su hijo en su cabaña, cuando llegaron tres soldados fingiendo buscar armas. A otras dos mujeres más talluditas que estaban a su vera no les hicieron caso. Un musulmán mestizo, de cabellos rizados y fuego en el bajo vientre, la obligó a entrar en la casa mientras el niño berreaba afuera y abusó de ella hasta que se hartó. Nos lo contó una tarde soleada de mayo, tranquilamente sentada en nuestra veranda añadiendo que no había hecho ningún drama de aquella sórdida historia. Sólo pedía que se hiciera justicia y se lamentaba (perdonad la ingenua crudeza) que le había destrozado las únicas bragas que tenía.

Patrón del pueblo es el que tiene licencia para violar las mujeres que le dé la gana aún en presencia de sus maridos (que no era el caso) para dejar claro quién ha marcado el terreno como hacen los sabuesos.

Cerca de Bangassou, en Ouango, éstos fieles musulmanes atentos a no perderse la oración matinal de los viernes en la mezquita, el 21-22 de abril 2013, no sólo abusaron de las mujeres sino que además quemaron 900 cabañas, casas de ladrillo y graneros. Además hubo 10 asesinatos. Siempre para demostrar quién tiene la vara de mando y quienes tienen que cerrar la boca.

Nosotros predicamos cada domingo en la catedral a Cristo expoliado. Insistimos que no todos los musulmanes son Seleka, que no todos los Seleka son tan pervertidos, que también hay católicos y protestantes degenerados, que Dios no duerme, que un día El mismo hará justicia, que nos han robado 28 coches y 3 motos pero no nos han robado la fe, que Jesús, nuestro modelo, pasó por el “fracaso” del Viernes Santo para abrir el camino de la Victoria con su Resurrección.

Un pastor protestante me contaba ayer que al fin y al cabo Mahoma está muerto y enterrado, no sabemos ni donde, y Jesús está vivo y sigue vivo para darnos vida. Esto sí que lo dice El mismo: “que ha venido para darnos vida, y dárnosla en abundancia” (Jn 10,10).

He estado toda la semana yendo por las tardes a Tokoyo, la segunda parroquia de Bangassou, a unos 6 Km de la catedral, con el auto de San Fernando, porque el único coche que nos había quedado, el de la misión de Ouango donde quemaron las casas del barrio católico, lo tiene para su uso privado nuestro comandante en plaza, que lo ha pintado de verde chillón y dice que le sirve para perseguir a los ladronzuelos de Bangassou y poner orden entre sus vasallos.

En esta situación que os he descrito estamos hoy.
Cuando en España estáis a una semana de empezar el verano, nosotros estamos aún instalados en el ojo de la tormenta, en la ladera caliente de un volcán en erupción. Nos preguntamos: ¿Cuándo saldremos del agujero? ¿Hasta cuándo seguiremos bajo el mando de estos mentecatos?
Tanta gente y tantos organismos en España quieren ayudarnos a reconstruir los proyectos dañados de Bangassou.
Desde Manos Unidas hasta Ayuda a la Iglesia que sufre, desde quien organiza un desfile o un concierto hasta quien es subvencionado para correr un maratón o saltar en paracaídas. La Fundación Bangassou no para de inventar cosas.

Pero nos preguntamos: ¿Cuándo querrá el Señor sacarnos de este atolladero? Porque si seguimos al mando de estos indeseables, todo lo que reconstruyamos nos lo volverán a saquear. Sólo nos consuela la fe de la gente con la que vivimos, las familias de la parroquia o nuestros vecinos, que se echan a llorar cuando nos ven caminando todo el día por las empinadas veredas del barrio de la catedral hasta el orfanato y cita ese salmo que dice: “Porque Tu Señor, en los momentos de tribulación, estabas a mi lado, porque he hecho de Ti mi refugio y mi escudo” (Ps 90)

Ojalá que los países vecinos encuentren una solución o que la Unión Africana intervenga con mano segura y después de la tempestad venga la calma. Porque así, como estamos hoy, no podremos durar mucho tiempo.

Juan José Aguirre, obispo de Bangassou

11 junio 2013, Bangassou (República Centroafricana)


Fuente: Red Mundial de Comunidades Eclesiales de Base


Entrevista a Juan José Aguirre 6/8/2013:





6/8/13

Actualidad: Proyecto de formación para laicos dehonianos adultos





La comisión de Coordinación del Itinerario Formativo para laicos dehonianos adultos, se reunió en Roma del 17 al 20 julio del 2013, con el fin de determinar el progreso de los trabajos de los diferentes grupos:

- El primer año está encargado a miembros de la provincia española y portuguesa, junto con los laicos. La coordinación está a cargo del P. Adérito Barbosa y P. Ramón Dominguez.

-El segundo año lo están preparando los sacerdotes en América Latina. Lo coordina el P. Claudio Weber.

- El tercer año lo están elaborando religiosos y laicos del norte de Italia, coordinado por el P. Bruno Pilati.

- El cuarto año está a cargo de los países de habla inglesa y  coordinado por P. John Hengel.

El siguiente paso consiste en  una segunda reelaboración hasta finales de septiembre. En enero de 2014, el proyecto debe ser aprobado para ser traducido en algunos idiomas para que, en  el Encuentro Mundial de la Familia Dehoniana, a finales de abril de 2014, pueda ser presentado a la congregación y a los otros componentes de la Familia Dehoniana.


P. Adérito Gomes Barbosa


Laicos Dehonianos-Video

Video clip donde el corazón