30/9/13

Actualidad Familia Dehoniana: Celebración jubilar SCJ y 50 años de presencia dehoniana en Alba de Tormes






Fin de semana especial el que se ha vivido en el Seminario San Jerónimo de Alba de Tormes, nada menos que la celebración Jubilar de los Sacerdotes del Corazón de Jesús.  Celebración que ha coincidido con el cumplimiento de medio siglo de presencia Dehoniana en el Monasterio de San Leonardo, actual Seminario San Jerónimo.


Los actos comenzaron con el repique de campanas de la inconfundible espadaña, cuyo sonido invitó a los presentes a reunirse en el Museo de Arqueología Padre Belda. Allí el P. Antonio Rufete, superior de la Comunidad SCJ del Seminario y Director del Colegio, dedicaba unas palabras a los asistentes sobre la importancia de la Roca Madre que forma el Monasterio y que representa a Dios en la vida.

Acto seguido, el P. Juan José Arnáiz realizaba una disertación sobre la similitud y coincidencia de la vida de Fray Hernando de Talavera, antiguo fraile Jerónimo del Monasterio y el P. León Dehón, fundador de los Sacerdotes del Sagrado Corazón.

Una vez finalizada la conferencia, tenía lugar un concierto de música tradicional a cabo del conjunto Etnómadas cuyo principal objetivo es promover el conocimiento y la difusión de la Música Popular de Tradición Oral. Para lograr esta sensibilización musical lleva a cabo actividades precisas con las que acercar a la sociedad una visión moderna y respetuosa del repertorio etnomusicológico, centrándose en la interpretación, edición, formación, investigación y creación musical.

Para finalizar, momento del reencuentro y el saludo y el estreno de la nueva iluminación del Claustro centenario, que se engloba en el Seminario.









26/9/13

Oración y cena: Laicos y jóvenes dehonianos de Madrid, equipo de jóvenes PJV y delegados y coordinadores de laicos dehonianos.








Para el sábado 21 de septiembre, coincidiendo en Madrid, en el colegio Fray Luís de León,  la reunión del equipo de jóvenes de Pastoral Juvenil y Vocacional y la de los delegados y coordinadores de los laicos dehonianos,  se convocó un encuentro  de oración, a las 8.30 de la tarde, en la capilla del quinto piso, de la comunidad SCJ.

Asistieron todos los integrantes de ambas reuniones, y el grupo local de laicos y jóvenes dehonianos.

Celebraron una Adoración Eucarística, y durante la misma,  meditaron sobre el lema: “Al mundo le faltas tú”.

Después, en el comedor de abajo,  compartieron la cena  y el buen humor.









25/9/13

Actualidad: Reunión de coordinadores y delegados scj de Laicos Dehonianos





El sábado, 21 de septiembre, delegados scj y  coordinadores de los distintos grupos de Laicos Dehonianos, nos reunimos para programar el curso pastoral 2013- 14.
No pudieron asistir todos, por diversos motivos.
Asistieron:
Ramón Domínguez Fraile, SCJ, delegado provincial de Laicos dehonianos y delegado del grupo de Alba de Tormes- Salamanca,
Carmen  Portals Gómez, coordinadora nacional de laicos dehonianos y coordinadora del grupo de Madrid
Javier López Martínez,  SCJ, delegado del grupo de Madrid,
Magda Segura Alonso, coordinadora del grupo de Novelda,
Carmen Pallarés Gregori,  secretaria  general  y  coordinadora del grupo de Valencia.

La reunión se celebró en la Comunidad del Colegio Fray Luis de León (Madrid), y hubo un ambiente fraterno y distendido.


Al finalizar la tarde nos juntamos  con el  equipo de jóvenes de Pastoral Juvenil y Vocacional, parte del grupo local de laicos y un grupo  de jóvenes dehonianos, en la capilla de la comunidad, para celebrar una Adoración Eucarística. 





23/9/13

Beato JUAN MARÍA DE LA CRUZ (un santo al azar) Por J. Mª Salaverri, SM









Carné de identidad
Nombre: Mariano García Méndez
(en religión: Juan María de la Cruz)
Nace: S. Esteban de los Patos (Ávila), 25 septiembre 1891
Padres: Mariano y Emérita, labradores
Profesión: Sacerdote del Sagrado Corazón de Jesús
Muere: mártir, 23 agosto 1936 en Silla (Valencia)
Beatificado: 11 marzo 2001
Fiesta: 22 septiembre

Su vida
Fue el mayor de quince hermanos. Una familia muy cristiana. En la parroquia, su familia cuidaba la iglesia y su padre, al volver del trabajo, dirigía el rosario. A los 10 años ya quiere ser sacerdote. Más tarde es seminarista en Ávila, pero desea ser religioso. Lo va a intentar en los Dominicos y en los Carmelitas, pero por salud no puede. En 1916 es ordenado sacerdote y el obispo le encarga varias pequeñas parroquias, pobres y poco pobladas de la diócesis abulense. Es un enamorado de la Eucaristía. En 1925, en Madrid, por mediación de una religiosa de las Reparadoras, conoce a los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús. Ella le pone en contacto con el padre Guillermo Zicke, fundador del Instituto en España, quien le escribe sobre la Congregación, su fundador el padre Dehon y el carisma de la reparación… A Mariano le entusiasma, hace su noviciado y toma el nombre de Juan María de la Cruz. Destinado al Seminario de Puente la Reina, en contra de sus expectativas, le nombran encargado de las vocaciones y además del duro trabajo de buscar recursos para el seminario. Pero deja entre los seminaristas un recuerdo imborrable de piedad y de fervor. En verano de 1936 va al santuario de Garaballa (Cuenca) a sustituir a uno de los sacerdotes. El 19 de julio, ante la persecución, el superior ordena a los religiosos dispersarse a lugares más seguros. Juan María de la Cruz se dirige a Valencia donde nadie le conoce… Allí lo descubren, lo encarcelan y muere mártir…

Un momento de gracia en su vida
En julio de 1936 llega a Valencia buscando cobijo. Al pasar cerca de la iglesia de los Santos Juanes, frente a la Lonja, ve un grupo de milicianos asaltando la iglesia y quemando objetos sagrados… Se acerca, se indigna y exclama:
-   ¡Qué horror! ¡Qué crimen! ¡Qué sacrilegio!
-   ¡Tu eres un carca!, le dice uno de los asistentes…
-   Yo soy un sacerdote…
Bastaron estas palabras para ser detenido y encerrado en la Cárcel Modelo, celda 476, cuarta galería. Allí ejerce su ministerio con los que lo solicitan, anima a todos, preside el santo rosario… En la noche del 23 de agosto de 1936, junto con otros nueve detenidos, lo llevan a una finca llamada El Sario, y a la luz de los faros de las camionetas los fusilan.

Para meditar: unos pensamientos suyos

·         Siendo párroco de los pobres pueblos de Ávila nunca pasaba el cepillo. Decía: “Sería como convertir a la iglesia en una sucursal de un banco.”
·          A un hermano suyo: “Mira, Víctor, ¡feliz el que tenga la suerte de derramar la sangre por nuestro Señor!”
·          Desde la cárcel escribe al superior general: “Aquí me tiene, Reverendísimo Padre, detenido desde hace tres semanas, con ocasión de proferir algunas frases de protesta por el horrendo espectáculo de las iglesias quemadas y profanadas. ¡Dios sea bendito! ¡Hágase en todo su divina voluntad! Me alegro mucho de poder sufrir algo por Él, que tanto sufrió por mí, pobre pecador.”
·          Al alcalde de Garaballa: “Me hallo en la Cárcel Modelo con muchos otros sacerdotes, religiosos y seglares. Pero gracias a Dios estoy tranquilo y resignado a lo que la Divina Providencia disponga de mí…”

Para rezar con él y como él

Señor, ¿fue tu mártir Juan María de la Cruz imprudente al expresar su indignación ante el triste espectáculo de la profanación de la iglesia? ¿Por qué no calló su condición de sacerdote al ir como iba,  vestido con un pobre chaquetón que le venía grande por los cuatro costados? Acostumbrado a ir siempre con la verdad por delante, tampoco entonces quiso ser cobarde ocultando su condición y sus convicciones.
Señor, que su ejemplo nos ayude a sentir y expresar la alegría de estar bautizados, de ser cristianos y miembros fieles de tu Santa Iglesia.

¿Y YO?
¿Soy capaz de mostrar con sencillez mis convicciones cristianas ante quienes no comparten mi fe?



19/9/13

Entrevista exclusiva al Papa Francisco:






El papa Francisco ha concedido una entrevista en exclusiva que se publica hoy en 16 revistas jesuitas de todo el mundo. La ha realizado el P. Antonio Spadaro, SJ, director de "La Civiltà Cattolica"







17/9/13

Joven, yo te lo mando: levántate







Lc 7, 11-17


En aquel tiempo, se dirigía Jesús a una población llamada Naín, acompañado de sus discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la población, se encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda, a la que acompañaba una gran muchedumbre.
Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: «No llores.»
Acercándose al ataúd, lo tocó y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces dijo Jesús: «Joven, yo te lo mando: levántate.»
Inmediatamente el que había muerto se levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo entregó a su madre.

Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a glorificar a Dios, diciendo: «Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.


Talita kum

Ahora. Levántate.
No te dejes morir
en muertes cotidianas
que acallan el verso
que secan el alma
y frenan el paso
hasta dejarte inerte.

 No mueras en vida,
sepultado por nostalgias,
rendido antes de tiempo,
consumido por dentro.

No permitas que te envenene
el odio, ni dejes
que la amargura –¿o es miedo a vivir?–
haga de tu corazón una losa.

Levántate.
Sostenido por la memoria
de buenos amigos y buenos momentos,
confiado en un hoy grávido de oportunidades.
Movido por la esperanza en lo que ha de llegar.

Levántate, 
agradecido por tanto…

Ama,
descubre los milagros ocultos, cree,
y pelea, si hace falta,
la batalla nuestra de cada día.
Que eso es ser humano.
Levántate.
Ahora.

José Mª Rodríguez Olaizola, sj


 



8/9/13

Papa Francisco: ¿Soy yo el guardián de mi hermano? Sí, tú eres el guardián de tu hermano.





Vigilia de Oración por la Paz
7-9-2013


El mundo de Dios 
es un mundo en el que 
todos se sienten responsables de todos, 
del bien de todos



«Y vio Dios que era bueno» (Gn 1,12.18.21.25). El relato bíblico de los orígenes del mundo y de la humanidad nos dice que Dios mira la creación, casi como contemplándola, y dice una y otra vez: Es buena.

Esto, queridísimos hermanos y hermanas, nos introduce así en el corazón de Dios y, de su interior, recibimos este mensaje.
Podemos preguntarnos: ¿Qué significado tienen estas palabras? ¿Qué nos dicen a ti, a mí, a todos nosotros?

1. Nos dicen simplemente que nuestro mundo, en el corazón y en la mente de Dios, es “casa de armonía y de paz” y un lugar en el que todos pueden encontrar su puesto y sentirse “en casa”, porque “es bueno”.
Toda la creación forma un conjunto armonioso, bueno, pero sobre todo los seres humanos, hechos a imagen y semejanza de Dios, forman una sola familia, en la que las relaciones están marcadas por una fraternidad real y no sólo de palabra: el otro y la otra son el hermano y la hermana que hemos de amar, y la relación con Dios, que es amor, fidelidad, bondad, se refleja en todas las relaciones humanas y confiere armonía a toda la creación.
El mundo de Dios es un mundo en el que todos se sienten responsables de todos, del bien de todos.

Esta noche, en la reflexión, con el ayuno, en la oración, cada uno de nosotros, todos, pensemos en lo más profundo de nosotros mismos:
¿No es ése el mundo que yo deseo?
¿No es ése el mundo que todos llevamos dentro del corazón?

El mundo que queremos ¿no es un mundo de armonía y de paz, dentro de nosotros mismos, en la relación con los demás, en las familias, en las ciudades, en y entre las naciones? Y la verdadera libertad para elegir el camino a seguir en este mundo ¿no es precisamente aquella que está orientada al bien de todos y guiada por el amor?

2. Pero preguntémonos ahora: ¿Es ése el mundo en el que vivimos? La creación conserva su belleza que nos llena de estupor, sigue siendo una obra buena. Pero también hay “violencia, división, rivalidad, guerra”. Esto se produce cuando el hombre, vértice de la creación, pierde de vista el horizonte de belleza y de bondad, y se cierra en su propio egoísmo.

Cuando el hombre piensa sólo en sí mismo, en sus propios intereses y se pone en el centro, cuando se deja fascinar por los ídolos del dominio y del poder, cuando se pone en el lugar de Dios, entonces altera todas las relaciones, arruina todo; y abre la puerta a la violencia, a la indiferencia, al enfrentamiento.

Eso es exactamente lo que quiere hacernos comprender el pasaje del Génesis en el que se narra el pecado del ser humano: El hombre entra en conflicto consigo mismo, se da cuenta de que está desnudo y se esconde porque tiene miedo (Gn 3,10), tiene miedo de la mirada de Dios; acusa a la mujer, que es carne de su carne (v. 12); rompe la armonía con la creación, llega incluso a levantar la mano contra el hermano para matarlo. ¿Podemos decir que de la “armonía” se pasa a la “desarmonía”? ¿Podemos decir esto? ¿que de la armonía se pasa a la desarmonía? No, no existe la “desarmonía”: o hay armonía o se cae en el caos, donde hay violencia, rivalidad, enfrentamiento, miedo…

Precisamente en medio de este caos, Dios pregunta a la conciencia del hombre: «¿Dónde está Abel, tu hermano?». Y Caín responde: «No sé, ¿soy yo el guardián de mi hermano?» (Gn 4,9). Esta pregunta se dirige también a nosotros, y también a nosotros nos hará bien preguntarnos: ¿Soy yo el guardián de mi hermano? Sí, tú eres el guardián de tu hermano. Ser persona humana significa ser guardianes los unos de los otros.

Sin embargo, cuando se pierde la armonía, se produce una metamorfosis: el hermano que deberíamos proteger y amar se convierte en el adversario a combatir, suprimir. ¡Cuánta violencia se genera en ese momento, cuántos conflictos, cuántas guerras han jalonado nuestra historia! Basta ver el sufrimiento de tantos hermanos y hermanas. No se trata de algo coyuntural, sino que es verdad: en cada agresión y en cada guerra hacemos renacer a Caín. ¡Todos nosotros! Y también hoy prolongamos esta historia de enfrentamiento entre los hermanos, también hoy levantamos la mano contra quien es nuestro hermano. También hoy nos dejamos llevar por los ídolos, por el egoísmo, por nuestros intereses; y esta actitud va a más: hemos perfeccionado nuestras armas, nuestra conciencia se ha adormecido, hemos hecho más sutiles nuestras razones para justificarnos. Como si fuese algo normal, seguimos sembrando destrucción, dolor, muerte. La violencia, la guerra traen sólo muerte, hablan de muerte.

La violencia y la guerra utilizan el lenguaje de la muerte. Después del caos del Diluvio, ha dejado de llover, se ve el arcoíris y la paloma trae un ramo de oliva. Pienso también hoy a aquel olivo que los representantes de las diversas religiones hemos plantado en Buenos Aires, en la Plaza de Mayo, en el 2000, pidiendo que no haya más caos, pidiendo que no haya más guerra, pidiendo paz.

3. En estas circunstancias, me pregunto: ¿Es posible seguir otro camino? ¿Podemos salir de esta espiral de dolor y de muerte? ¿Podemos aprender de nuevo a caminar por las sendas de la paz? Invocando la ayuda de Dios, bajo la mirada materna de la Salus populi romani, Reina de la paz, quiero responder: Sí, es posible para todos. Esta noche me gustaría que desde todas las partes de la tierra gritásemos: Sí, es posible para todos. Más aún, quisiera que cada uno de nosotros, desde el más pequeño hasta el más grande, incluidos aquellos que están llamados a gobernar las naciones, dijese: Sí, queremos.

Mi fe cristiana me lleva a mirar a la Cruz. ¡Cómo quisiera que por un momento todos los hombres y las mujeres de buena voluntad mirasen la Cruz! Allí se puede leer la respuesta de Dios: allí, a la violencia no se ha respondido con violencia, a la muerte no se ha respondido con el lenguaje de la muerte. En el silencio de la Cruz calla el fragor de las armas y habla el lenguaje de la reconciliación, del perdón, del diálogo, de la paz.


 


Quisiera pedir al Señor, esta noche, que nosotros cristianos, los hermanos de las otras religiones, todos los hombres y mujeres de buena voluntad gritasen con fuerza: ¡La violencia y la guerra nunca son camino para la paz! Que cada uno mire dentro de su propia conciencia y escuche la palabra que dice: Sal de tus intereses que atrofian tu corazón, supera la indiferencia hacia el otro que hace insensible tu corazón, vence tus razones de muerte y ábrete al diálogo, a la reconciliación; mira el dolor de tu hermano ¡pienso en los niños: solamente ellos!...

Mira el dolor de tu hermano y no añadas más dolor, detén tu mano, reconstruye la armonía que se ha perdido; y esto no con la confrontación, sino con el encuentro. ¡Que se acabe el sonido de las armas! La guerra significa siempre el fracaso de la paz, es siempre una derrota para la humanidad.

Resuenen una vez más las palabras de Pablo VI: «Nunca más los unos contra los otros; jamás, nunca más… ¡Nunca más la guerra! ¡Nunca más la guerra!» (Discurso a las Naciones Unidas, 4 octubre 1965: AAS 57 [1965], 881). «La Paz se afianza solamente con la paz; ¡la Paz se afianza solamente con la paz! La paz no separada de los deberes de la justicia, sino alimentada por el propio sacrificio, por la clemencia, por la misericordia, por la caridad» (Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1976: AAS 67 [1975], 671). Hermanos y hermanas, perdón, diálogo, reconciliación son las palabras de la paz: en la amada nación siria, en Oriente Medio, en todo el mundo. Recemos esta tarde por la reconciliación y por la paz, contribuyamos a la reconciliación y a la paz, y convirtámonos todos, en cualquier lugar donde nos encontremos, en hombres y mujeres de reconciliación y de paz.
Así sea. (RC-RV)

Laicos Dehonianos-Video

Video clip donde el corazón