8/5/13

Valencia: Reunión del grupo local de laicos dehonianos






El pasado lunes, día 6 de mayo, nos reunimos, en los locales de ESIC, el grupo local de laicos dehonianos, Faltaron algunos integrantes por distintos motivos.

El encuentro consistió en:
1- Oración inicial, 
2- Lectura de dos pequeños textos del Padre Dehon:

-“El Evangelio es, como la santa Eucaristía, el Sacramento del Corazón de Jesús. Este divino Corazón está ahí, bajo la letra, escondido con su amor y sus tesoros de gracias: sus palabras son espíritu y vida.
Debemos amar y estudiar todos los Evangelios, pero hay uno por el que nos tenemos que apasionar: el de San Juan. Estudiemos el Sagrado Corazón en el Evangelio: todo está allí”

-“Todo se resume en el amor. Es para mí el único camino por el que puedo andar un poco sólidamente”.

2- Proclamación de la Buena Noticia  de Juan 14, 23-29,  15, 1-8

Dijo Jesús a sus discípulos: 
— «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras.
Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado,
pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre,
será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo.
Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde.
Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado."
Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo.
Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.»

- Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. 
A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. 
Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado;
permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid,
así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada.
Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca;
luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros,
pedid lo que deseáis, y se realizará. 
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante;
así seréis discípulos míos.


3- Reflexión de  la Palabra.
4- Puesta en común, con un enriquecedor diálogo









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