Carné de
identidad
Nombre: Mariano García Méndez
(en religión: Juan María de la Cruz)
Nace: S. Esteban de los Patos (Ávila), 25 septiembre
1891
Padres: Mariano y Emérita, labradores
Profesión: Sacerdote del Sagrado Corazón de Jesús
Muere: mártir, 23 agosto 1936 en Silla (Valencia)
Beatificado: 11 marzo 2001
Fiesta: 22 septiembre
Su vida
Fue el mayor de quince hermanos. Una familia muy
cristiana. En la parroquia, su familia cuidaba la iglesia y su padre, al volver
del trabajo, dirigía el rosario. A los 10 años ya quiere ser sacerdote. Más
tarde es seminarista en Ávila, pero desea ser religioso. Lo va a intentar en
los Dominicos y en los Carmelitas, pero por salud no puede. En 1916 es ordenado
sacerdote y el obispo le encarga varias pequeñas parroquias, pobres y poco
pobladas de la diócesis abulense. Es un enamorado de la Eucaristía. En 1925, en
Madrid, por mediación de una religiosa de las Reparadoras, conoce a los
Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús. Ella le pone en contacto con el padre
Guillermo Zicke, fundador del Instituto en España, quien le escribe sobre la
Congregación, su fundador el padre Dehon y el carisma de la reparación… A
Mariano le entusiasma, hace su noviciado y toma el nombre de Juan María de la
Cruz. Destinado al Seminario de Puente la Reina, en contra de sus expectativas,
le nombran encargado de las vocaciones y además del duro trabajo de buscar
recursos para el seminario. Pero deja entre los seminaristas un recuerdo
imborrable de piedad y de fervor. En verano de 1936 va al santuario de
Garaballa (Cuenca) a sustituir a uno de los sacerdotes. El 19 de julio, ante la
persecución, el superior ordena a los religiosos dispersarse a lugares más
seguros. Juan María de la Cruz se dirige a Valencia donde nadie le conoce… Allí
lo descubren, lo encarcelan y muere mártir…
Un momento de gracia en su vida
En julio de 1936 llega a Valencia buscando cobijo. Al
pasar cerca de la iglesia de los Santos Juanes, frente a la Lonja, ve un grupo
de milicianos asaltando la iglesia y quemando objetos sagrados… Se acerca, se
indigna y exclama:
- ¡Qué horror! ¡Qué crimen! ¡Qué
sacrilegio!
- ¡Tu eres un carca!, le dice uno de
los asistentes…
- Yo soy un sacerdote…
Bastaron estas palabras para ser detenido y encerrado
en la Cárcel Modelo, celda 476, cuarta galería. Allí ejerce su ministerio con
los que lo solicitan, anima a todos, preside el santo rosario… En la noche del
23 de agosto de 1936, junto con otros nueve detenidos, lo llevan a una finca
llamada El Sario, y a la luz de los faros de las camionetas los fusilan.
Para meditar: unos pensamientos suyos
· Siendo
párroco de los pobres pueblos de Ávila nunca pasaba el cepillo. Decía: “Sería
como convertir a la iglesia en una sucursal de un banco.”
· A un hermano
suyo: “Mira, Víctor, ¡feliz el que tenga la suerte de derramar la sangre por
nuestro Señor!”
· Desde la
cárcel escribe al superior general: “Aquí me tiene, Reverendísimo Padre,
detenido desde hace tres semanas, con ocasión de proferir algunas frases de
protesta por el horrendo espectáculo de las iglesias quemadas y profanadas.
¡Dios sea bendito! ¡Hágase en todo su divina voluntad! Me alegro mucho de poder
sufrir algo por Él, que tanto sufrió por mí, pobre pecador.”
· Al alcalde
de Garaballa: “Me hallo en la Cárcel Modelo con muchos otros sacerdotes,
religiosos y seglares. Pero gracias a Dios estoy tranquilo y resignado a lo que
la Divina Providencia disponga de mí…”
Para rezar con él y como él
Señor, ¿fue tu mártir Juan María de la Cruz imprudente
al expresar su indignación ante el triste espectáculo de la profanación de la
iglesia? ¿Por qué no calló su condición de sacerdote al ir como iba,
vestido con un pobre chaquetón que le venía grande por los cuatro costados?
Acostumbrado a ir siempre con la verdad por delante, tampoco entonces quiso ser
cobarde ocultando su condición y sus convicciones.
Señor, que su ejemplo nos ayude a sentir y expresar la
alegría de estar bautizados, de ser cristianos y miembros fieles de tu Santa
Iglesia.
¿Y YO?
¿Soy capaz de mostrar con sencillez mis
convicciones cristianas ante quienes no comparten mi fe?
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