La familia de María Jesús vivió con confianza el momento del
nacimiento de su hijo. Ellos pusieron en las manos de María y de Jesús su vida,
con la esperanza de que lo sostuvieran en sus primeros latidos, sus poco más de
500 gramos con los que nació y los largos meses en el hospital que tuvo que
soportar. Hoy corre y juega como cualquier chaval de su edad. Un milagro. Pero
para los que creen en el Dios que todo lo puede, el fruto de haber confiado en
Él, de haberle dicho, como María ante el nacimiento de Jesús, "aquí
estoy", "hágase tu voluntad".
Porque en el amor no hay temor, porque el Amor (con mayúsculas) todo lo puede y en Él todo lo podemos,porque el Amor es entrega y el nuestro está llamado a ser como Él... por eso, tenemos #razonesparaconfiar. Él está cerca. Con Él todo lo puedo.
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