Cáritas
El
Informe 2013 de la Fundación FOESSA, que se ha se presentado esta mañana en
Madrid bajo el título “Desigualdad y derechos sociales Análisis y
perspectivas”, muestra de manera contundente la dimensión de los
efectos sociales de la crisis en las personas más pobres.
Una sociedad fracturada
Si con motivo de la presentación, hace un año, del primer Informe
anual de FOESSA, rel secretario general de Cáritas Española, Sebastián Mora,
hablaba de “una pobreza más extensa, intensa y crónica”, los datos del Informe
2013 indican que ese proceso de empobrecimiento se ha profundizado en extensión
e intensidad. Sin embargo, el hecho más destacado es, como ha alertado Mora,
“el incremento severo de la desigualdad social que nos muestra una sociedad
fracturada”.
“La fractura social –ha asegurado el secretario general de Cáritas
durante la presentación del Informe-- se ha instalado entre nosotros y con el
tiempo cada vez será más difícil que las personas empobrecidas puedan salir de
la exclusión”. Es más, este “incremento de la desigualdad ha venido acompañado
de una disminución de los recursos de protección social pública en su vertiente
redistributiva y asistencial”.
Aumenta la brecha social
La brecha que se ha abierto entre las personas empobrecidas y las
personas con más posibilidades de acceso a bienes y servicios es alarmante.
Según datos del Informe, que ha detallado el coordinador del Equipo de Estudios
de Cáritas, Francisco Lorenzo,
los ingresos medios de las personas más ricas de España es siete veces superior
al nivel medio de ingresos de quienes tienen menos rentas. Y desde el comienzo
de la crisis, esta diferencia se ha incrementado en un 30%.
Década perdida para el nivel de rentas
Al analizar el comportamiento de la renta per cápita, el Informe
constata que las cifras actuales son muy similares a las que existían hace más
de diez años, lo que invita a pensar en más de una década perdida. Es decir, la
renta de 18.500 euros que en promedio recibieron los españoles en 2012 es
inferior en términos de capacidad adquisitiva a la que ya existía en el año
2001. Asimismo, desde 2007 la renta media ha caído un 4%, mientras que los
precios se han incrementado en un 10%, lo que ha provocado un deterioro de las
rentas de los ciudadanos españoles sin parangón en las últimas décadas.
Para los autores del Informe, el rasgo más preocupante de la
evolución de la renta en la crisis es el aumento sin precedentes de la
desigualdad en su distribución, ya que desde 2006 los ingresos de la población
con rentas más bajas han caído cerca de un 5% en términos reales cada año,
mientras que el crecimiento correspondiente a los hogares más ricos ha sido el
mayor de toda la población.
Efecto de la destrucción de empleo y los recortes
La destrucción de empleo y la moderación salarial han sido
determinantes en la reducción del nivel de renta de los hogares españoles, a lo
que cabe sumar el efecto negativo sobre la renta disponible que han tenido
tanto algunos de los cambios en las prestaciones sociales (reducción de las
cuantías de la prestación contributiva de desempleo) como las mayores
exigencias para percibir el subsidio y el aumento de algunos impuestos
(incremento de los tipos marginales del IRPF y de los tipos del IVA).
La evolución del empleo es uno de los factores que más están
contribuyendo al deterioro de la situación social de un número cada vez mayor
de hogares, si se tiene en cuenta que durante el año 2012 el mercado de trabajo
registró los que probablemente pueden caracterizarse como peores resultados de
la etapa democrática.
Niveles de desigualdad más altos de la UE
Todo ello explica que los indicadores de desigualdad en España
arroje los niveles más altos de la Unión Europea. Y de cara al futuro, alerta
Francisco Lorenzo, “existe un riesgo notable de que el ensanchamiento de las
diferencias de renta entre los hogares españoles se enquiste en la estructura
social”. En su opinión, “procesos de dualización social como este conllevan
riesgo real de ruptura, lo que significa que el no dotarnos de los mecanismos
redistributivos necesarios supone empujarnos a la fragmentación social”.
El porcentaje de hogares en los que todos los activos están sin
trabajo ha aumentado del 2,5% del total al 10,6% del total de hogares En
términos absolutos, el Informe indica que se ha pasado de 380.000 hogares en
esta situación antes de la crisis a más de 1.800.000 a finales de 2012.
Para Lorenzo, “en un contexto como el actual, asistimos a la
transformación del empleo no solo en términos cuantitativos, sino en cuanto a
su naturaleza y al lugar que ocupa en el imaginario colectivo de nuestra
sociedad: si bien hace 5 años estábamos a la cabeza de Europa en la generación
de empleo, trabajar hoy no es ya un derecho, sino que parece haberse convertido
en un privilegio”.
Invisibilidad de los más pobres
Los datos del Informe FOESSA indican a que asistimos a un proceso
de empobrecimiento que eclipsa a los más pobres. Como ha denunciado Sebastián
Mora, “se está dando una especie de invisibilización de la pobreza y de la
exclusión severa por saturación y extensión de la pobreza. La pobreza severa se
ha incrementado de manera importante y esto nos habla de personas más allá de
las fronteras de la dignidad. Estamos borrando las fronteras de la dignidad
humana en este contexto social que vivimos.
Para el secretario general de Cáritas “la erosión de las políticas
sociales han mostrado su impacto especialmente en los colectivos más
vulnerables y es también evidente cómo nos hemos olvidado de los pueblos del
Sur, hemos excluidos continentes y países de nuestro pensamiento, de nuestra
solidaridad, de nuestro compromiso”. De hecho, la evaluación de los Objetivos
de Desarrollo del Milenio y las políticas de cooperación (ADO) que se analizan
en el Informe muestran un horizonte desalentador.
El escándalo de la pobreza
A modo de conclusión, el Informe FOESSA 2013 dibujan una realidad
social en España donde los mecanismos de aseguramiento de la sociedad se han
debilitado y las políticas de austeridad han generado una mayor vulnerabilidad
de la sociedad española.
Al mismo tiempo, los recortes en los servicios públicos de
bienestar pueden suponer una ruptura definitiva para los más pobres. Es decir,
si la austeridad vulnera los derechos sociales, estamos abandonando a los más
pobres.
Como ha advertido Francisco Lorenzo, “nuestra apuesta por los
derechos sociales dará cuenta de los valores que realmente tenemos como
sociedad, pues solamente seremos democracia si garantizamos los derechos
sociales de los más vulnerables”.
“Si es verdad que siempre la pobreza y la exclusión hieren el
corazón –ha añadido Sebastián Mora--, la desigualdad es un escándalo ético y
político. Como me decía hace un tiempo una campesina salvadoreña `la pobreza nos
asusta pero la desigualdad nos indigna´”.
http://www.caritas.es/noticias_tags_noticiaInfo.aspx?Id=6475
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