A la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón
de Jesús;
A la Familia Dehoniana
Hermanos y hermanas:
Durante la visita a los hermanos de América Latina, junto al
P. Claudio Weber, me ha llegado la alegre noticia de la elección del cardenal
Jorge Mario Bergoglio como obispo de Roma y Papa Francisco. Consciente del
papel creciente de este continente en el contexto de la Congregación y de la
Iglesia, no escondo la alegría y la esperanza de esta noticia. Aquí en Jujuy,
al norte de Argentina, a los pies de la gran "Cordilliera", donde
desarrolló su ministerio episcopal nuestro hermano Marcello Palentini y donde
se encuentra una comunidad dehoniana, siento vivos los sentimientos de esta
Iglesia por el inicio del ministerio del papa Francisco, el primer papa de este
inmenso continente.
Compartiendo con vosotros esta alegría eclesial, os pido
vivir con verdadero sentido de fe y de esperanza activa este tiempo de gracia
que Dios regala a su Iglesia. De los primeros pasos de este Papa que hoy
comienza el servicio de presidir en la caridad de los santos, aprendamos
actitudes de sincera comunión en el seno de la gran familia de Dios.
Acompañemos en la oración el servicio ministerial del papa
Francisco como él mismo ha pedido a toda la iglesia, inclinándose para implorar
la bendición de Dios a través de la oración del pueblo reunido en la plaza de
San Pedro, antes de impartirles la bendición en nombre de la Santa Trinidad.
Esta oración es el fundamento de la comunión con el papa, que encontramos tan
fuerte en el P. Dehon.
Aprendamos, pues, el sentido de servicio simple y cordial al
pueblo de Dios. Si el más grande es aquel que sirve, dejemos fuera del corazón
las actitudes de superioridad y arrogancia, que a menudo acompañan el modo de desarrollar
la autoridad en la Iglesia. La pobreza y simplicidad a las que el papa ha
llamado a la Iglesia es el camino justo hacia su autenticidad y su renovación.
Sentir y vivir la bienaventuranza de los que son pobres a
partir de su corazón es el paso para ser sensibles a los pobres que llenan este
continente y todo el mundo. Hacia ellos el Papa reclama la atención de la
Iglesia. En esta llamada encontramos una de las dimensiones fundamentales de
nuestra vocación dehoniana. Ella nos impulsa a renovar el compromiso por una
vida simple, a compartir de modo transparente los bienes en nuestras
comunidades y a una comprometida sensibilidad y solidaridad con los más pobres
y excluidos del mundo. ¡Que esta llamada caracterice nuestras actitudes y
nuestras opciones apostólicas!
En fin, otro trazo de estas primicias del ministerio del
Papa Francisco es la misericordia. La gracia y la misericordia suenan como el
inicio de las Buenas Noticias que el Señor Jesús comenzó a hacer resonar en
Galilea. Es alegre encontrarlo al inicio del ministerio del papa. Pueda ella
caracterizar también la vida de nuestras comunidades y nuestro compromiso
apostólico. Así seremos verdaderamente signos e instrumentos del Corazón
misericordioso de Jesús, expresión del amor del Padre hacia la humanidad.
El Señor proteja, guíe y colme de su Espíritu al Papa, al
que ha puesto como servidor a la cabeza de su Iglesia. Y que nosotros,
Congregación y Familia Dehoniana, podamos ser, en comunión con él, una célula
viva de esta Iglesia que está llamada a hacer presente en el mundo el proyecto
de amor, de fraternidad y de paz de nuestro Dios y Padre.
Jujuy
(Argentina), 19 de Marzo de 2013
P.
José Ornelas Carvalho
Superior
General
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