ESIC
es la escuela de negocios líder en la enseñanza de estudios superiores de
marketing en España. Sin embargo, muy pocos conocen que pertenece a los
Sacerdotes del Corazón de Jesús (Padres Reparadores) quienes en los años 60,
cuando la economía española empezó a despegar, vieron la necesidad de preparar
buenos empresarios con formación en Doctrina Social de la Iglesia. Su fundador,
el P. Simón Reyes (Fuentestrún –Soria–, 1939) ha impulsado una iniciativa para
promover la cultura empresarial en los colegios en la que está participando la
Fundación Diocesana de Enseñanza Santa Mª de la Victoria
Antonio Moreno Ruiz -
–¿Cómo acaba un
religioso montando una escuela de marketing?
–La iniciativa surgió de los padres de nuestro
colegio Fray Luis de León, en Madrid. Pedían una salida formativa
para sus hijos y vimos que en España había una necesidad de gente
especializada en marketing. Desde el principio metimos como
obligatorias las asignaturas de Ética Empresarial, Deontología
comercial y Pensamiento Social Cristiano. En este momento tenemos
2.800 alumnos en las carreras de grado, 1.600 alumnos en los
másteres y el año pasado impartimos 35.000 horas de formación
para distintas empresas.
–Nacieron en Madrid
pero hoy están presentes en otras ocho provincias españolas,
entre ellas Málaga, además de en Brasil.
–Nos dimos cuenta de que si un malagueño quería
hacer estudios de posgrado, o se iba a Madrid, Barcelona o EE.UU. o
no podía hacerlo. Sólo se lo podían permitir quienes tenían mucho
dinero y mucho tiempo ¿Y qué pasaba con los que trabajaban aquí,
en un banco, eran licenciados, querían formarse y no podían
desprenderse de su trabajo? Pues creamos estas escuelas,
pequeñas pero efectivas, para dar una oportunidad a este tipo de
gente que no se lo podía permitir.
–Hay quien piensa que,
para ser competitivo, el empresario católico tiene que renunciar
a sus principios.
–Lo primero que hicimos al iniciar nuestra labor
fue tratar de dignificar la figura del empresario. En España ser
empresario era ser casi un truhán. El dilema es este: ¿Cómo combinar
la actividad empresarial con los valores? La crisis nos ha dejado
una gran lección: que la economía no puede vivir de espaldas a la
ética, que no podemos renunciar a una serie de valores y que en
los negocios no todo está permitido. A los chicos les enseñamos
que ellos van a tener poder en su empresa y ese poder lo tienen
que usar teniendo presente a todos los implicados en la empresa,
no solamente a los accionistas.
–Están ustedes
implicados en el fomento de la cultura empresarial en niños en edad
escolar, ¿por qué?
–Esta crisis también nos ha demostrado que hace
falta gente que tenga ganas de complicarse la vida emprendiendo y esa
cultura hay que fomentarla desde pequeños. Vi que en
nuestro colegio llevaban a los chicos de excursión a Segovia, pero
nunca los llevaban a ver una empresa. Empezamos a traer alumnos
sistemáticamente a nuestros centros para que conocieran qué es
una empresa y tuvieran su primera experiencia emprendedora. En la
actualidad son casi 10.000 los alumnos de toda España que han
participado en esta iniciativa.
–¿Puede enseñar algo
el marketing a la Iglesia?
–El Evangelio siempre se ha adaptado a los
tiempos. Nuestros "clientes", que son los fieles, necesitan
que seamos claros y transparentes y la mejor transparencia es el
ejemplo, ir por delante. Hay que mostrarse como somos, con gran
sencillez, sin ningún complejo. Hay que tener mano izquierda, ser
hombres de diálogo y poner la otra mejilla.
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